Guardiola, un sueño imposible

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Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

En pleno décimo aniversario del glorioso sextete, más de un barcelonista se habrá relamido de gusto al leer que Guardiola podría volver al Barça a final de temporada. Pero no. Ni en el supuesto de que Pep dejara el City, su destino sería un regreso inmediato al Camp Nou.

Se trata de una de las habituales ‘fake news’ de los tabloides ingleses, maestros en esa cuestionable especialidad, y el mejor de los sueños para los culés que sintieron vergüenza del juego barcelonista en algunas fases del clásico ante el Real Madrid. 

Un clásico en el que quedó demostrado que el Barça necesita más que nunca a Guardiola (o a un Guardiola) para recordar y recuperar las esencias que le hicieron el mejor equipo del mundo, y posiblemente de la historia, que se han ido perdiendo paulatinamente, casi sin darnos cuenta, desde la marcha del técnico catalán. 

No se puede exigir que se repita aquella gesta extraordinaria, pero sí que el club se esmere en salvaguardar los mecanismos que le hicieron superior y distinto a todos los demás equipos. Entre ellos el juego de toque, la presión y la posesión que hoy en día brillan por su ausencia y no se trabajan ni en los entrenamientos ni en la pizarra.

Ya no se cree en aquellos dogmas que llevaron al éxito. Si hace unos años nos rasgamos las vestiduras cuando el Barça del Tata perdió la posesión ante el Rayo (51-49) durante los 142 partidos de la era Valverde ha ocurrido ya en nueve ocasiones. Y no ha pasado nada.

Tampoco pasará nada por haber disputado un clásico en el Camp Nou con más de un sesenta por ciento del tiempo jugado en campo blaugrana y con el Barça defendiendo como un equipo menor que lo fía todo al contragolpe.

Como diría Aguirre, lo mejor es tomarse un whisky y... ¡a dormir! En nuestro caso, y creemos que en el de muchos más barcelonistas, a soñar con Guardiola (y Xavi) en espera de tiempos mejores. Bona nit!