Stamford Bridge examina al Barça de Valverde

El Barça vuelve hoy al lugar donde empezó todo, nueve años después de que Iniesta inaugurara con su gol ‘in extremis’ la década prodigiosa del Barça. Lo normal sería que de aquel equipo del 6 de mayo del lejano 2009 no quedara nada, y sin embargo continúan cuatro piezas fundamentales: Messi, Iniesta, Busquets y Piqué, exactamente lo que hoy sigue siendo la columna vertebral del equipo. Que estos cuatro titulares de entonces sean hoy también indiscutibles del once de Valverde habla por sí solo de la maravilla de una generación y, a la vez, es un advertencia: se acaba el tiempo para encontrar un recambio igual de sólido y si puede ser de casa. En cualquier caso, el Barça debe volver a defender la Champions en Stamford Bridge, uno de esos lugares que en el imaginario culé tienen forma de muro infranqueable: aquí el Barça sufre siempre y gana pocas veces.

Por eso el partido tiene aire de test mayúsculo para el proyecto de Valverde, que hasta la fecha ha demostrado una extraordinaria eficiencia en el ámbito doméstico, y en la Champions tiene a partir de hoy la oportunidad de certificar que además es una seria amenaza en Europa. El partido es altamente engañoso porque la pobre Premier del Chelsea, hoy a 19 puntos del City, sugiere un equipo poco competitivo y, sin embargo, al igual que le sucede al Real Madrid, es uno de estos clubs que se transforman cuando juegan la máxima competición europea. Rakitic lo advirtió perfectamente en la rueda de prensa previa al partido: “Para ganar al Chelsea tenemos que ser el mejor Barça posible”. No hay nada más peligroso que un gran club a la desesperada y no hay nada más temible que jugar en uno de estos campos donde no se perdonan los errores. Hay escenarios solemnes en los que un proyecto se encalla o, por lo contrario, despega definitivamente. El Barça de Valverde tiene hoy una oportunidad única para dar un puñetazo en la mesa del tablero futbolístico europeo.