La sonrisa de Valverde

El apodo de Ernesto Valverde, analizado por la Fundación del Español Urgente

El apodo de Ernesto Valverde, analizado por la Fundación del Español Urgente / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Ernesto Valverde posó ante el gigantesco escudo del Barça que adorna la entrada de las oficinas del club. Fue su primera foto oficial. Se le vio cómodo. Sonriente. Bromeando con los periodistas. Fueron poco más de 60 segundos de posado. Una eternidad para alguien al que le gusta, precisamente, ponerse al otro lado de la cámara. Pero los asumió con gusto. Porque sabe que esto solo es la punta del iceberg de lo que le espera como técnico blaugrana. Los que le conocen bien (que, seguro, son menos de los que presumen de ello) dicen que es un tipo afable, dialogante y que acepta a los medios de comunicación como una parte más de su trabajo. Sin crispación. Con eso, seguro, hemos ganado... Aunque falta ver cómo se comporta en momentos de tensión. Que los habrá. Porque esto es el Barça... Luis Enrique odiaba a los periodistas. Ya desde sus tiempos de futbolista. Y su paso por la sala de prensa del Camp Nou fue un calvario. Para él y para la prensa.

Es verdad que a un entrenador del Barça no se le tiene que pedir que sea simpático con los periodistas. Se le debe exigir un discurso, un relato acorde con la trascendencia del club que representa. Pero tampoco es bueno ir a las comparecencias ante los medios con cara de perro, dispuesto a convertir cada pregunta en una guerra. Luis Enrique lo hizo. Y se equivocó. Se desgastó más de lo necesario con las batallas dialécticas. Valverde, creo, no caerá en este error. Y su relación con la prensa será más sencilla. Con más naturalidad. Al fin y al cabo, todo es más fácil cuando se afronta con una sonrisa en los labios. Incluso en las situaciones complejas. Zidane es el mejor ejemplo de ello. La buena gestión de las relaciones humanas puede aplicarse en el vestuario y en la sala de prensa. El francés lo ha hecho. Y todos están contentos. Incluido él.