La sombra de la dimisión de Bartomeu

Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça

Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça / SPORT.es

Lluís Mascaró

La sombra de la dimisión revoloteó por la cabeza de Bartomeu cuando conoció, asombrado, que los promotores de la moción de censura habían conseguido 20.687 firmas. La capacidad de resistencia del presidente (inasequible hasta ahora al desaliento, a pesar de todas las duras y justificadas críticas recibidas) flaqueó ante el éxito de la reprobación.

Casi nadie había creído que se alcanzarían los 16.520 apoyos para continuar con el proceso, y menos aún que se superarían los 20.000. Un tremendo error de cálculo de todos: los culés están mucho más enfadados de lo que nos temíamos. La ausencia de espectadores en el Camp Nou en los últimos seis meses por culpa de la pandemia no ha permitido calibrar con exactitud ese malestar con pañoladas o pancartas. Pero ahora ha quedado claro que el cabreo es mayúsculo. Infinito. Que no se trata solo de un movimiento perverso de los ‘bots’ de Twitter.

Y por eso Bartomeu dudó. Eso sí, dudó solo un rato. Hasta que alguno de sus maquiavélicos asesores le hizo creer que, a lo mejor, muchas firmas eran falsas. O estaban duplicadas. O tenían defectos de forma... Bartomeu, como siempre, se agarró a un clavo ardiendo y decidió seguir... Tal vez hasta que se dé de bruces con la realidad de que la validación de las firmas (tras el correspondiente cribaje) permita culminar el proceso de reprobación.

Posiblemente entonces, el presidente se dará cuenta, al fin, de que los socios no le quieren y les evitará que tengan que ir a votar dos veces en menos de tres meses (moción y, si prospera, elecciones). Y esquivará, al mismo tiempo, la humillación histórica de ser el primer presidente del Barça en ser derrocado en una moción de censura. Josep Lluís Núñez (en 1998) y Joan Laporta (en 2008) superaron, con más o menos dificultades, las que presentaron el Elefant Blau y Oriol Giralt, respectivamente. A la tercera puede ir la vencida.