Solución de Valverde y... siempre Leo

Valverde, en el Ciutat de València

Valverde, en el Ciutat de València / EFE

Gerard López

Gerard López

El inconveniente de la lesión de Nelson Semedo unida a la de Sergi Roberto dejó a Ernesto Valverde sin lateral derecho para el partido contra el Levante. ¿Qué haces en estas circunstancias cuando no tienes a un sustituto natural entre los convocados?, ¿Recurres a un jugador que se pueda adaptar a la posición sin variar el sistema o varias el sistema? No es una decisión fácil para el entrenador. Valverde debió analizar las diferentes posibilidades que tenía encima de la mesa. Podía colocar a Vidal o a Rakitic en esta posición porque tanto uno como otro podían cumplir. Existía, sin embargo, una solución más compleja que podía servir pero que era, a la vez, peligrosa por el hecho de que suponía poner en práctica algo que no se había entrenado. Primero tienes que convencer a los jugadores del cambio de sistema y que Piqué y Dembélé asuman unas funciones que hasta ahora no venían haciendo.

Es cierto que, como dijimos en un articulo del pasado mes de noviembre, que el sistema que peor le viene al 4-3-3 del Barcelona es el 3-5-2, un sistema de juego que viene practicando el Levante. Con este cambio al 3-5-2, el Barça ganaba en muchas zonas. Atrás no necesitas más de tres defensas porque el rival te juega con dos delanteros; en el medio ya tienes a los mismos jugadores que ellos pero con la salvedad de que Messi ayuda en esa zona y te desequilibra. Arriba, es donde más desprotegido estás porque Suárez tenía que pelear con tres centrales, algo de lo que es capaz sobradamente por ser el único que puede crearse jugadas incluso en inferioridad. Además, la presencia de Alba y Dembélé, siendo tan profundos en el centro del campo provocaba que los falsos laterales del Levante se tuvieran que echar atrás, un factor que hundía al rival. Así llegaron alguno de los goles del Barcelona.

El invento le salió bien a Valverde porque el Barça se llevó una victoria de escándalo, un resultado que no hace más que fortalecer al técnico azulgrana y subrayar el reconocimiento que debe tener tanto desde la grada como desde el vestuario.

Un punto mejorado en los últimos encuentros ha sido las facetas defensivas pues Ter Stegen ya ha dejado de encajar. Lleva tres partidos sin recibir un gol y esto es una muy buena noticia para el Barcelona porque era uno de los grandes retos del equipo para alcanzar la velocidad de crucero que le exigíamos. Los rivales directos no fallan como es el caso del Sevilla, Madrid y Atlético. Los grandes no se dejan puntos por lo que queda claro quiénes son los favoritos. En este grupo hay un efecto que distorsiona cualquier previsión: Leo Messi.

Ya se han dicho muchas cosas de Leo. Está llegando al esplendor de su carrera  a nivel físico, a nivel de mentalidad… ¿Razones? Hay muchas pero evidentemente el brazalete es uno de ellos. Puede que ser capitán le ha espoleado a nivel de responsabilidad. No hace falta que se motive con Balones de Oro o lo que pueda decir Pelé sobre él. Sale a disfrutar y hacer mejores a sus compañeros. Juega a fútbol que es lo que más le gusta. Está por encima de cualquier cosa que le puedan decir. Se encuentra en un buen momento y disfruta haciendo lo que hace. Hay cuatro favoritos pero Messi solo juega en un equipo.

La asignatura pendiente es la Champions. Después de cuatro Copas de Europa en cinco años del Madrid, el gran objetivo debe ser la Champions. Lyon es la primera parada. Es un buen rival, un buen desplazamiento, un equipo que juega y deja jugar. Es peligroso del centro del campo en adelante con jugadores como Fekir Ndembele pero es endeble detrás donde el Barça puede hacer daño.