La solución: un regreso a los orígenes

El problema no es Valverde (que también). El problema es el proyecto. El Barça ya no es el Barça. Y solo volverá a ganar cuando recupere sus esencias y regrese al modelo que lo hizo campeón de todo. La planificación hecha en las últimas temporadas ha sido nefasta. Con fichajes inexplicables. Y con una consigna muy clara: ir abandonando poco a poco el estilo.

Renegando del ADN que hizo disfrutar al barcelonismo la mejor época de su historia. En un intento absurdo y maquiavélico de borrar el pasado triunfal de Cruyff, Laporta y Guardiola. La degeneración futbolística del Barça explica los reiterados fracasos en la Champions. El Barça que ha construido Bartomeu alrededor de Messi basta para ganar la Liga. Hasta 8 de las últimas 11. Incluso para presumir de dobletes. Pero no vale para la Champions.

Porque el Barça solo ha ganado en Europa cuando ha sido mucho mejor que sus rivales, cuando ha jugado mucho mejor que sus rivales y cuando ha sido, por encima de todo, fiel a su modelo. Hoy, este Barça irreconocible que renuncia al balón, que renuncia al control de los partidos, es un Barça que sobrevive única y exclusivamente gracias a Messi. Y sin Messi no hay nada. La deriva hacia un fútbol más físico y de contragolpe, el envejecimiento de la plantilla y unos fichajes torpes han abocado al Barça a un fracaso anunciado.

Valverde tiene parte de culpa porque es un técnico cobarde. Pero los grandes responsables están en los despachos y en el palco. Son los que han propiciado el cambio de modelo sin tener un proyecto alternativo viable. ¿Y ahora qué? Pues ahora toca ser valiente. Y apostar por un futuro que mire al pasado. Un regreso a los orígenes.