Palabra de Director

Un solo caso de coronavirus acabará con LaLiga

Imagen del Barça-Real Sociedad

Imagen del Barça-Real Sociedad / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Según adelantó ayer la cadena COPE, LaLiga trabaja ya en un protocolo muy detallado para poder garantizar el retorno a la competición de los futbolistas profesionales. El borrador de este plan especifica que, después de un periodo de entrenamientos individualizados de 15 días, el retorno a la actividad en grupo deberá realizarse bajo estrictas medidas de seguridad, destinadas a que ningún jugador se infecte: habrá protocolos estrictos de desinfección, aislamiento y control exhaustivo de todo el personal que acceda a los recintos deportivos.

Lo que busca LaLiga es proteger la competición al máximo y tratar de conseguir que la competición se reanude lo antes posible, porque hay en juego mucho dinero y también muchos puestos de trabajo. Pero el documento, aparte de tener un aire distópico (como lo tiene toda la crisis del coronavirus), refleja en realidad una pretensión tan loable como utópica: lograr que, tras el retorno, no haya ni un solo infectado entre las plantillas de Primera División. Porque, como ya han apuntado algunos clubes en las reuniones telemáticas con LaLiga, bastaría un solo caso de coronavirus para parar la competición y volver al punto cero, algo que condenaría definitivamente la opción de poder terminar el campeonato.

Ayer la UEFA confirmó que la prioridad en todo el continente será terminar como sea los campeonatos domésticos y dio un poco de oxígeno a los clubes. Sin embargo, queda claro que la fragilidad de cualquier escenario de futuro que se dibuje pesa como una losa. Ahora mismo la máxima debilidad, como denota este borrador de LaLiga, es que la competición dependerá de que no haya ni un solo caso de coronavirus entre los futbolistas profesionales. Teniendo en cuenta la facilidad con la que se propaga el virus (hasta que no se encuentre una vacuna), y asumiendo que los jugadores necesariamente van a estar en contacto con gente de su entorno, que a su vez pueden haber contraído la enfermedad, se hace muy difícil imaginarse hoy que los futbolistas puedan volver a entrenar sin riesgo en un periodo razonable de tiempo. Bastará un solo caso de contagio para que se vaya todo al traste y no pueda terminarse la temporada.