Una sociedad poco anónima

Joan Laporta, en una imagen de archivo

Joan Laporta, en una imagen de archivo / Valentí Enrich

Joan Vehils

Joan Vehils

Si algo tiene el Barça es que es un club poco anónimo. Por suerte, ese anonimato se pierde generalmente por noticias referentes a la actividad deportiva y los títulos conquistados, pero, desgraciadamente, también se ha perdido con demasiada frecuencia por temas ajenos a la pelota.

Históricamente, el Barça ha sido noticia en todo el mundo por tener a los mejores futbolistas. Desde Cruyff a Maradona pasando por Ronaldinho, Neymar o Messi. También el Barça fue admirado en todo el planeta por practicar el mejor fútbol de Europa. Fue en tiempos del propio Johan Cruyff, de Pep Guardiola o de Luis Enrique. Los éxitos fueron tales que se hablaba del estilo del Barça en todos los rincones del mundo.

Sin embargo, paralelamente, el club siempre ha estado rodeado de polémicas extradeportivas que han contribuido, también en lo negativo, a ocupar las primeras páginas de diarios y televisiones. Es más, los escándalos, dimisiones, denuncias, sentencias y otro tipo de temas relacionados con la justicia que han acompañado a las últimas directivas han convertido al Barça en un club que ha estado en boca de todos y no solo por su incomparable estilo futbolístico.

Quizá, de una vez por todas, el barcelonismo debería plantearse convertir el club en una Sociedad Anónima de verdad. Es decir, anónima en la gestión y popular en la competición. Eso sí, siempre controlada por el socio, como hace el Bayern en Alemania. O sea, el club es mayoritariamente del socio, pero es gestionado de una manera estrictamente profesional.

No se trata de dejar el club en manos de un multimillonario árabe, chino o estadounidense, pero sí de poder luchar y competir con las mismas armas que los rivales y, a la vez, evitar esas históricas peleas internas. No se trata de echar a nadie.

El Barça podría tener un presidente honorifico y a sueldo y quizá podría ser Joan Laporta. Eso también lo decidiría el socio. Como ahora. Es más, sería la única manera de acabar con los ismos y de evitar esas guerras internas sin fin que impiden defenderse unidos cuando ataca el enemigo.

No se trata de esconder o pasar página de las irregularidades demostradas. Muy al contrario, si se demuestra que alguien ha metido mano en la caja o ha cometido otro de irregularidades debe tener consecuencias.

Dicho esto, el Barça ha de protegerse de todos aquellos que aprovechan que el río anda revuelto para tirar más porquería sobre el Barça. El mundo está cambiando muy rápido. Como mínimo creo que debería ser posible debatir cuál debe ser el futuro del club, no sea que un día se queden solos....

Romeu, Tusquets y Reina, juntos

En la Gala de los Premios Empresa del Año de El Periódico que se celebró el pasado lunes en Barcelona coincidieron dos expresidentes del Barça y el actual vicepresidente económico, Eduard Romeu. Se trata de Enric Reina y de Carles Tusquets. Además de ellos también asistió Jaume Guardiola, el último presidente de la Comisión Económica del club que dejó su cargo hace unos meses al ser nombrado presidente del Cercle d’Economia.