Sobreviviendo sin Messi

Leo Messi, entre Gerard Piqué y Ernesto Valverde durante un entrenamiento del Barça

Leo Messi, entre Gerard Piqué y Ernesto Valverde durante un entrenamiento del Barça / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Hace justo una semana, en esta misma contraportada, un servidor calificaba de inaguantable el arranque del Barça y, sobre todo, la derrota de Granada. Escribí un rosario de detalles, hechos y conceptos que no se podían aguantar y mantengo los estructurales, aunque, afortunadamente, los coyunturales parece que van camino de resolverse tras lo visto en los dos últimos partidos contra el Villarreal y el Getafe. Miren, todos los errores que puedan ocurrir en un campo de fútbol se pueden perdonar, todos, menos uno, el grado de actitud, compromiso y esfuerzo. Aquí no hay porcentajes que valgan, solo se puede admitir el cien por cien.

En el fútbol profesional no hay sitio para la relajación o el exceso de confianza, hay que jugar siempre, siempre, siempre, con la máxima intensidad y el que no lo haga acabará superado si el rival juega con absoluta concentración y tensión. Esto es así de simple y así de simple se explican la mayoría de los puntos que ya se le han escapado al Barça. Así que el cambio de actitud que se le ha visto al equipo esta última semana es una gran noticia. No ha ganado con brillantez, pero ha ganado con oficio y entrega. Y que conste que no es solo problema del Barça, también el Madrid ha tenido que ponerse el mono de trabajo tras su fiasco en París. En tiempos de pocas luces futbolísticas, es la única solución. 

No es exactamente el mismo caso del Barça, indudablemente con más talento en su plantilla, aunque la coyuntura por la que atraviesa le obliga a buscar la efectividad por encima de la espectacularidad. El Barça, ahora mismo, está sobreviviendo sin Messi. La lesión de Leo lo condiciona todo. El mejor jugador del mundo no ha podido jugar más allá de 90 minutos y, aún, bajo toda clase de precauciones. Es evidente que sin Messi el Barça es otra cosa. Como es evidente que lo es sin  Suárez, o con Suárez mermado y en rodaje, sin Dembélé, sin Alba... Pero, sobre todo, sin Messi, pues sin Messi no hay goles de falta, no hay toques de genio, no hay goles imposibles, no hay el líder al que buscar y encomendarse... No hay otro equipo en el mundo que acuse tanto la baja de un futbolista como le ocurre al Barça con Messi. Pues bien, en estas circunstancias, estar a dos puntos del Madrid y a uno del Atlético no es un drama. Me dirán que puede que no sea exclusivamente mérito del Barça, sino demérito de sus rivales, vale, pero este ya no es su problema.

El problema del Barça es recuperar a Messi y poner al equipo en forma lo antes posible. Y comprender durante toda la temporada, no solo cuando a la fuerza ahorquen, que ya no se gana por el nombre de los jugadores. Cuando esto ocurra, el Barça dominará la Liga porque sus rivales, a los dos equipos madrileños me refiero, están un escalón por debajo, o dos, del nivel de los azulgrana, como se vio en el derbi del sábado. Ahora, la cuestión es sobrevivir sin Messi y se está consiguiendo. Mañana, será contar con Leo y exigir al equipo que juegue y gane como puede y debe hacerlo. Y pasado mañana, exigir a todos, a todos, como dice Piqué, que no se repitan los errores que nos han llevado a la pesadilla inicial de esta temporada.