Sobre Messi y Suárez y Neymar y Mbappé

Mbappé y Neymar, en la órbita del Madrid

Mbappé y Neymar, en la órbita del Madrid / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

No creo que haya en el fútbol mundial una conexión más beneficiosa como la que une a Messi y Suárez. Conexión futbolística a la que seguramente no es ajena la personal, esa amistad indestructible que hace que no haya celos, envidias ni nada que pueda echar por los suelos los fantásticos caudales de fútbol que pueden generar y que, además, en su caso son complementarios. No es necesario recordar la cantidad de goles y puntos decisivos que han salido de sus combinaciones y remates, son dos jugadores que se entienden con los ojos cerrados, que se buscan, que toman las mejores decisiones en el 90 por ciento de los casos. Pero como detalle definitivo, ahí va la actual situación: Leo y Luis llevan 24 goles en la Liga entre los dos, uno más que el Atlético y dos más que el Madrid, aunque los blancos con un partido menos. Es un dato demoledor. Más que el Atlético de Griezmann, Diego Costa, Correa, Saúl, Koke, Godín, no nos olvidemos de los córners de Godín... Más que el Madrid de Bale, Benzema, Asensio, Isco, Modric, Kroos, también Sergio Ramos y Marcelo. ¡Brutal!

Lo bueno del tándem Messi-Suárez es que es el mejor ataque del mundo. Lo no tan bueno, es que los dos pasan ya de los treinta años. Es cierto que no se vislumbran síntomas de agotamiento. Messi, por ejemplo, no para de reinventarse, de batir récords, de mantenerse constantemente en un estado de forma perfecto, como si los años no pasaran para él. Su velocidad sigue estando muy por encima de la de los demás y como su inteligencia táctica va en aumento y su actitud no mengua, pues por aquí no parece que haya problemas. Messi es único y no tiene sustituto. Suárez también es único en su puesto, el mejor. Pero Suárez es humano, dentro de tres semanas cumplirá 32 años y aunque no es urgente sí es prudente pensar en un delantero capaz de dar al Barça todo lo que está dando el uruguayo, que no es fácil; al contrario, es dificilísimo. El staff técnico del club está en ello y no se esconde. Es más, el propio Suárez lo entiende. Se intentó con Griezmann pero no cuajó. Y el reto es de tales dimensiones, que aquí sí que es necesario no fallar, dejarse de inventos o jugadores con supuesta proyección. Hay que ir a lo seguro, aunque sea caro.

Por relación calidad-edad no hay en el mercado mejores delanteros que Neymar y Mbappé. Los dos en el PSG y, por lo tanto, imposibles de sacar de París si no es por una carambola del destino. Esta carambola está ahí, una posible suspensión al club parisino por incumplimiento del fair play financiero, ya hay algo más que rumores en el sentido de que podría verse obligado a vender por 170 millones para ajustar cuentas con sus límites salariales y estas cosas que, en cualquier caso, siempre están sujetas a interpretación cuando no a trampas que demasiadas veces cuelan. Pero es lo que hay y hay que estar atentos al devenir de los acontecimientos. Una vez en este escenario, está claro que Neymar no interesa. Ya estuvo aquí, ya sabemos cuál es su catadura moral y la afición no le quiere. El que interesa es Mbappé, una bomba que lo tiene todo para ser el supercrack de la próxima década. El problema, como siempre, es el dinero y los cuatro o cinco clubs que tienen más recursos que el Barça.

El Madrid también, por supuesto, el Madrid siempre es un problema en estos casos. Todo apunta a que Florentino está más por la labor de fichar a Neymar que a Mbappé, lo que no deja de ser un mal menor porque, como entiendo y escribo, es mejor Mbappé que Neymar. Pero si el Madrid ficha a Ney ya no habrá manera humana de sacar a Mbappé de París. Esta es una partida de póker, y de ajedrez, muy difícil de jugar, la más complicada del mercado de fichajes actual, con mucho dinero por medio y muchos actores, demasiados, dispuestos a jugar sin escrúpulos. Pero el Barça tiene que estar ahí, jugando sus cartas, que las tiene, para seducir a Mbappé. Como las tiene para poder llevar a término la operación desde un punto de vista económico, quizás traspasando al propio Suárez, que tiene un alto valor de mercado. Ya sé que es complicado, pero hay que estar preparados, tener los ojos bien abiertos y los oídos muy atentos, que no te pillen despistado. Prefiero pensar que el Madrid no juega precisamente al despiste, que el City o el Manchester no van de tapados. Si al final el desenlace no es el deseado o ni tan siquiera hay carambola, mala suerte, pero al menos que no sea por desidia o inacción.