Opinión

El 'sigan, sigan' es tremendamente peligroso

Raúl Asencio, jugador del Real Madrid

Raúl Asencio, jugador del Real Madrid / AP

La afición del Girona tiene “alguna cuenta pendiente que a mí se me escapa” con Raúl Asencio, dijo un conocido narrador en la retransmisón del partido en Montilivi contra el Real Madrid el pasado 7 de diciembre. Cada vez que tocaba el balón, el canterano blanco era pitado, como ocurrió en San Mamés solo tres días antes. Igual a dicho narrador se le escapaba, pero el resto conocíamos perfectamente el motivo: un escándalo judicial de índole sexual que le afectó tanto a él como a tres canteranos más del Madrid. 

No voy a contar todo lo que pasó en este texto, pero sí voy a resumir lo más importante. Asencio, Ferran Ruiz -actualmente en el Girona-, JuanRodríguez y Andrés García tienen abierta una causa penal por un delito de revelación de secretos y pornografía infantil -que puede acarrear cinco años de prisión-, acusados de difundir un vídeo sexual de una menor. Unos hechos que ocurrieron, presuntamente, en junio de 2023 y cuya denuncia llegó en septiembre de ese mismo año. 

Pero eso no ha impedido que dos de ellos, Asencio y Ruiz, se hayan estrenado en la élite esta temporada. El primero, con el Madrid y el segundo, con el Girona, que no lo presentó y que incluyó en su contrato una cláusula que decía que si es condenado, se desvinculará automáticamente del club, pero que le felicitó en redes sociales tras su debut con el primer equipo, el pasado 10 de noviembre. Sin embargo, solo jugó en Primera esos 18 minutos.

Caso algo diferente al de Asencio, que por la lesión de Militao ha disputado ya siete partidos a las órdenes de Carlo Ancelotti, con la repercusión mediática que tiene el Madrid. Su defensa, en su momento, solicitó el archivo de la causa porque Raúl no había participado en el encuentro sexual con las dos chicas, como sí lo hicieron los otros tres futbolistas, pero cuatro jueces del caso consideraron que había indicios para mantenerle investigado, a la espera de la sentencia.

El problema viene cuando, por todo lo que mueve el fútbol y porque los futbolistas son referentes para muchos niños, que quieren ser como ellos, los clubes y las instituciones permitan que el balón siga rodando como si no ocurriera nada mientras se acumulan casos similares. Como con Rafa Mir (en libertad provisional con medidas cautelares tras ser acusado de agresión sexual), Mason Greenwod (ni culpable ni inocente -no fue absuelto por el juez- tras ser acusado de ·intento de violación, comportamiento controlador y coercitivo, y agresión con lesiones corporales" por su pareja) o Hugo Mallo, ahora en el Aris griego después de ser condenado por un delito de abuso sexual. Y, sobre todo, por la actitud de muchos medios en el caso mencionado de Asencio. 

La causa sigue abierta, a la espera de la sentencia, y, sin embargo, está cerca de firmar un contrato galáctico con Skechers (según Marca) para ser una de las grandes apuestas de la firma de Harry Kane, ha sido protagonista de portadas, contenido en redes y artículos que se deshacen en elogios sobre el gran central de presente y futuro que es. Nadie duda de su potencial futbolístico ni de su calidad, pero los periodistas tenemos la responsabilidad de informar y, sobre todo en estos casos, de no blanquear la realidad y no hacer ver que no pasa nada. Porque el ‘sigan, sigan’ es un mensaje tremendamente peligroso

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