No sigamos el juego (sucio) de Madrid

Disfrutemos de Messi

Disfrutemos de Messi

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Los enemigos del Barça, pongamos que los altavoces mediáticos de Madrid, han visto en la puntual falta de gol de Messi en este inicio de temporada el momento ideal para iniciar una, otra, campaña contra Leo. Saben los enemigos del Barça que descentrar al crack, hacerle dudar del cariño que sienten los barcelonsiras por él, recordarle a Bartomeu y a los que no le dejaron marchar, machacarle con que no le han hecho un equipo ganador, extender la duda sobre su estado forma, tratar de imponer la máxima de que ya está en su declive, o directamente acabado, es la mejor y más rápida forma de apartar al Barça de la lucha por los títulos, agravar su crisis y complicar su reconstrucción. Bien, pues todo esto no debería extrañarnos, ya ha pasado otras veces, pero en esta ocasión ha pillado al barcelonismo con las defensas bajas y en lugar de salir unánime en la defensa del crack, un sector considerable ha caido en la trampa y se ha añadido a estas críticas. 

DEBATE CRUEL. Confieso que llevo días preocupado. Barcelonistas de pro, amigos a los que tengo por sensatos han entrado en este debate cruel. Afortunadamente, llegó el partido contra el Betis. Y llegaron (o no) las molestias que aconsejaron que Leo empezara el partido en el banquillo. Y falló Griezmann un penalty y empató el Betis a dos minutos del descanso y todo se volvió oscuro con aquel empate a uno amenazante. Hacía falta luz y Messi solo tardó tres minutos en iluminar el Camp Nou con su magia. Una asistencia sin tocar el balón, un milagro, que además sirvió para que Griezmann marcara (¿otro milagro?). Y luego un penalty y un segundo gol... Otro recital. Aquellos que defienden -quisiera escribir defendían- que está acabado deberían sentirse avergonzados. Sobre todo los barcelonistas que, siempre buscando lo mejor para el club y el equipo, eso no lo dudo, se precipitan al querer quemarlo todo. ¡No, no, no y mil veces no! No sigamos el juego (sucio) de Madrid. Al contrario, arropemos a Leo, hagámosle que se sienta feliz, que quiera seguir con nosotros, y disfrutemos de su fútbol, que es el que volverá a poner al Barça en la senda del triunfo. Lo contrario, sería un suicidio colectivo histórico.  

LA CLAVE. El triunfo de los enemigos del Barça es alejar a Messi del Camp Nou.