Más allá del show de Mateu Lahoz

FC Barcelona - RCD Espanyol

FC Barcelona - RCD Espanyol

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Vaya por delante que el derbi estuvo marcado por esa manera tan peculiar de arbitrar de Mateu Lahoz. La FIFA ya le tomó la matrícula en el Mundial por el Argentina-Holanda y le mandó para casa, pero en la Liga muchos siguen pensando que es el mejor árbitro español.

Esperemos que este derbi catalán sirva, por lo menos, para quitar la venda de los ojos a los Mateuistas. Entre tanto hablar con los jugadores, de forma exagerada, ¡eh!, que en su justa medida es bueno, y dar palmaditas a los entrenadores, corta el ritmo de juego y desquicia a los futbolistas. Y ya no les digo nada cuando el partido se le va definitivamente de las manos, como ayer tras el empate del Espanyol. Entonces, todo puede pasar. Lluvia de tarjetas amarillas que no son y para él son, tarjetas amarillas que son y para él no lo son, tarjetas rojas de quita y pon, nueve minutos de alargue que pueden parecer pocos... Todo un despropósito. La última media hora no hubo fútbol por su culpa. Así de claro.

SIN EFECTIVIDAD

A partir de ahí, hablemos de fútbol. El poco que hubo, desde luego, lo puso el Barça, pero al equipo de Xavi hay que pedirle mucho más de lo que dio.

Con un gol nada más empezar el partido, es de lamentar que el once barcelonista no se subiera a la ola positiva que había cogido el duelo. Ante un Espanyol timorato que no salía de la cueva, el Barça se conformó con dominar y gustarse, pero sin agresividad para hacer daño de verdad.

Muchos córners pero pocos remates a puerta. Lewandowski, ni uno en toda una primera parte de dominio y superioridad apabullantes. Los extremos, desbordantes pero sin colmillo; Pedri, intermitente. El mejor rematador, Marcos Alonso. Y los más activos, Alba y Gavi.

Se contemporizó demasiado y se acabó dejando vivo al Espanyol, que en una jugada aislada se encontró con un penalti que lo cambió todo. Lo que siguió ya no fue fútbol, aunque el portero españolista salvó un par de goles al final. En clave barcelonista, lo mejor llegó tras el partido con el análisis de Xavi: "culpa nuestra". Esta es la actitud, solo reconociendo los errores, estos se pueden corregir.

La clave

El equipo de Xavi fue superior pero dejó vivo al Espanyol y lo pagó muy caro