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Sevilla no es un paraíso para el Barça

Griezmann y Alba, tras la consecución del primer gol

Griezmann y Alba, tras la consecución del primer gol / RFEF

albert masnou

El gafe de Sevilla se agranda para el Barcelona al dejar escapar un título que tenía entre las manos. La falta de contundencia, el desbarajusto defensivo en las faltas laterales, los emparejamientos erróneos posibilitaron que el Athletic pudiera igualar un partido sobre la bocina y, ya en la prórroga, una genialidad de Williams sirvió para que los vascos le birlaran el título al Barça.

Necesitado estaba el equipo de Koeman de un premio así pues lleva más de año y medio de sequía, pero las prisas, la inexperiencia, la ansiedad, no siempre van acompañadas de buenas decisiones. El Barça es hoy un equipo por completar, en formación. Llevaba una racha positiva que le hacía mirar la final con optimismo, pero no es un equipo lo suficiente maduro como para no cometer según qué errores. Fue por delante en dos ocasiones y careció de empaque para aguantar un marcador favorable. Este detalle de cómo fue el partido habla mucho de las carencias como grupo. Tuvo el título en su poder pero careció de espíritu campeón. Y se lo quitaron de sus propias narices. Luego hay un factor que todavía le resta por aprender. Quizás porque las características de los jugadores no son las adecuadas pero por momentos, los vascos parecían ir con mayor intensidad. Como Liverpool o Bayern.

Este resultado, será, sin dudas, un freno a su progresión como grupo. Y volverán a aparecer las dudas, una incertidumbre agravada por un escenario complicado pues el club no vive etapa de estabilidad. El hecho de tener cuatro presidentes de aquí hasta la celebración de las elecciones (7 de marzo) solo será un handicap más para un equipo necesitado de tranquilidad y confianza. El tiempo acabará por demostrar que la moción de censura no fue más que un error que solo ha servido para debilitar los cimientos de la entidad. Yal equipo.