Opinión

Setién escribe su primer manifiesto: posesión y cantera

Setién puso su sello de calidad a este nuevo Barça

Setién puso su sello de calidad a este nuevo Barça / AFP

El primer partido de la ‘era Setién’ se saldó con el gol de Messi de siempre y un marcador insulso pero con algunas novedades de gran calado, que pueden marcar el futuro inmediato del Barça. El partido pareció por momentos el primer manifiesto de Setién como entrenador blaugrana, que quiso dejar claro desde el primer segundo que el fundamento número uno de este equipo vuelve a ser el balón.

Hacía muchos años, quizás desde la marcha de Pep Guardiola, que el Barça no exhibía de manera tan evidente su obsesión por la posesión. Desde el primer minuto pudo verse nítidamente la orden del entrenador de no rifar el balón bajo ninguna circunstancia. De hecho, fue una puesta en escena tan ideológica y una corrección tan abrupta a lo que habíamos visto en los últimos años que pareció que el equipo se olvidaba en algunos momentos de mirar la portería.

Faltó fluidez, faltó definición y faltó velocidad, pero se vieron combinaciones notables al primer toque y quedó un dato de posesión abrumador (82%, el tercer registro más alto de la historia) y más de mil pases. Sería injusto, sin embargo, reducir este primer partido a dos simples datos. Porque el segundo punto del manifiesto de Setién fue tan importante como el primero y tiene que ver con la cantera (y por extensión, con la valentía): puso a Ansu de titular, hizo entrar a Riqui Puig cuando el partido estaba en un punto muerto y terminó el partido con siete canteranos, un dato inédito en las últimas temporadas.

Alguien dirá, con razón, que lo que promete Setién es todavía muy superior a lo que enseña. Solo faltaría: apenas ha tenido tiempo y, a pesar de ello, ya ha sido capaz de dejar su sello encima del césped. Setién prometía cambios y los ha empezado a implementar en tiempo récord. Queda mucho camino por recorrer: Messi sigue estando demasiado solo, sin Suárez hay menos profundidad, falta velocidad y una marcha más. Pero lo que vimos ayer parece el principio de algo muy estimulante.

¿POR QUÉ RIQUI NO DEBUTÓ ANTES?

El primer once de Setién no se correspondía con el juego que vimos luego: la voluntad de posesión chocaba con un mediocampo Rakitic-Busquets-Vidal que quizás no era el más adecuado para ejecutarlo. La entrada de Riqui Puig revolucionó el partido y naturalizó el juego. A Riqui se le vio con desparpajo y soltura, como si hubiera jugado toda la vida en el Camp Nou. Cabe preguntarse por qué ha tardado tanto en debutar. Puede ser uno de los muchos misterios que se desvelen en las próximas semanas.