Ser del Barça es un orgullo que no se paga con dinero

La asamblea empezará a las 10.30 horas

La asamblea empezará a las 10.30 horas / Sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

A veces queremos tanto al Barça que lo juzgamos con ojos críticos en busca de la excelencia. Es como el amor de padre a hijo, siempre le exiges más buscando una perfección que no existe. Conviene viajar al extranjero para darse cuenta que lo que tenemos aquí es mucho mejor de lo que pensamos. Cuando te alejas del día a día del Camp Nou, valoras que ser del Barça es un privilegio que te hace partícipe a los socios de un club que en pocas décadas ha dado un salto espectacular superando la dimensión local para convertirse en fenómeno mundial.

Ser del Barça es un orgullo que no se paga con dinero. En Londres tienen su sede seis equipos de la Premier y todos se cambiarían por ser el Barça. En París los cataríes llevan años invirtiendo petrodólares para parecerse al Barça, pero de momento solo son una mala copia. Y ya no digamos en Italia, donde Milan e Inter se han convertido a nivel internacional en simples comparsas y no encuentran otra solución que mirarse en el espejo del Barça para intentar reverdecer laureles. Seamos sensatos y realistas. El Barça no puede presumir de ser el mejor club del mundo porque no lo es. Pero tiene unas virtudes, unos activos y una masa social que lo hacen incomparable, único. 

En la Asamblea de hoy se va a aprobar un presupuesto récord de 960 millones que convierte al Barça en la primera entidad deportiva del mundo muy por encima de los míticos clubs de la NBA y NFL. Un dato que toca valorar en su justa medida ya que demuestra la directiva ha desarrollado una gestión positiva. Es necesaria una base económica sólida para poder competir con rivales controlados por fondos de inversión, estados árabes y multimillonarios de dudosa reputación. Paradójicamente, ser socio del Barça sigue siendo más barato que serlo de cualquiera de los equipos de vanguardia de Europa sin que ello afecte a su salud financiera.

Bartomeu pasará hoy el examen anual de los compromisarios con buena nota. Habrá quejas y discrepancias, pero el balance global de su gestión presenta muchas más luces que sombras. Cierto que hace años que no se gana la Champions, pero también es verdad que con Messi y compañía hemos disfrutados de un fútbol de alto nivel que ha ganado una serie encadenada de títulos como no se había visto nunca. El proyecto del Espai Barça es ilusionante y para ello se modificarán los estatutos para poder firmar operaciones de crédito más amplias. Hasta ahora había un tope, no podían superar el 10% del presupuesto de ingresos. Si la propuesta se vota a favor, el club podrá realizar las operaciones que necesite siempre y cuando no superen 2,5 veces el ebitda.  

Estamos acostumbrados a que las Asambleas del Barça los últimos años sean un mero trámite, la de hoy no será una excepción. El equipo ganó dos títulos, las cuentas dan superávit y al socio lo único que le interesa es que entre la pelotita. Las quejas de los compromisarios contra la nueva normativa del ‘seient lliure’ pasarán a segundo plano desde el momento que el club, con buen criterio, ha reconocido su error y ha rectificado volviendo al pasado. El ‘restyling’ del escudo se aprobara si alcanza el 66% de los votos a favor mientras que al capítulo de ruegos y preguntas se llegará con el tiempo justo para acudir al Camp Nou para ver un Barça-Sevilla que promete.