Lo sentimos Gerard, el Barça no es tuyo

Gerard Piqué está manteniendo un peligroso pulso con la directiva del Barça

Gerard Piqué está manteniendo un peligroso pulso con la directiva del Barça / Valenti Enrich

Ernest Folch

Gerard Piqué es un futbolista inteligente y libre, que abre siempre nuevas perspectivas y que con su exigencia nos ayuda a todos a mejorar y a ser autocríticos, también a nosotros los periodistas. Pero sus virtudes no le eximen de ser modélico y leal al club que lo paga, más bien le obligan precisamente a lo contrario y a dar ejemplo en todo momento.

Tras el partido contra Irán, tenía dos opciones: pasar por alto la advertencia que le hizo Jordi Mestre el día antes o volver a entrar al trapo. Optó por esto último y además lo hizo con un tono desafiante: “Que me llamen para hablar, tienen mi número de teléfono y saben donde está el vestuario.” A continuación añadió que no hacía falta disculparse de nada.

Se puede llegar a entender que al central blaugrana no le gustara que el club le reprochara en un comunicado, a él y a Umtiti, su conducta en el citado documental. Pero hay días en los que toca acatar y anteponer los intereses del colectivo a tus propios impulsos. Porque el Barça estaba en la obligación de enviarle una advertencia en público si no quería ver definitivamente menoscabada su autoridad.

Hay que recordar que no solo produjo, sino que encima promocionó, una filmación en la que se narraba, a espaldas del club, el famoso “No” de Griezmann. Quizás el problema más grave es que el jugador blaugrana todavía no ha entendido qué hizo mal. El aviso que le lanzó el club el día antes no solo fue correcto, era lo mínimo que podía hacerse.

En una empresa donde no mandaran los empleados, Piqué hubiera sido expedientado inmediatamente. Recibió únicamente un leve aviso, que contestó con la arrogancia del que se cree el amo del club. Si Piqué sigue con su pulso, cruzará una línea roja muy peligrosa. Lo sentimos, Gerard: el club no es propiedad de los jugadores. El Barça no es tuyo, por mucho que lo lleves en el corazón y lo defiendas a muerte.