La segunda venganza del PSG

Leo Messi se perderá dos partidos

Leo Messi se perderá dos partidos

Ernest Folch

Ernest Folch

Las sibilinas declaraciones de Leonardo sobre Messi dejando la puerta abierta a su incorporación con una frase muy calculada dejada en suspenso (“...nuestra silla está reservada en caso de que...”) son cualquier cosa menos una casualidad, un accidente o una imprudencia. A estas alturas, es muy ingenuo pensar que hay algo ingenuo en todo lo que hace o dice el PSG, y más si es en relación al Barça. Y es que la historia de fobia y resentimiento que hay entre el Barça y PSG explica en ella misma muchas de las cosas que les han sucedido últimamente a los dos clubes y al fútbol en general. Una rivalidad que empezó a enconarse cuando el Barça, a consecuencia del rechazo que provocaba en su masa social, decidió cortar por lo sano con el patrocinio de Catar, el estado que financia y sostiene al PSG, y que encajó como una afrenta aquella negativa.

Pero el punto álgido fue sin duda el célebre 6 a 1, que fue tomado por el club francés y el país árabe como una humillación imperdonable, y si no recordemos cómo salió enfurecido aquel día del Camp Nou un abatido Nasser Al-Khelaïfi. El PSG decidió pasar a la acción y le birló al Barça al héroe de la remontada, Neymar, que sin embargo prolongó la ofensa al club que había pagado 222 millones por él filtrando constantemente solo unos meses después de haber llegado que echaba de menos el Barça, Messi y Barcelona. Neymar estuvo a un milímetro de fichar por el Barça por 150 millones, Rakitic y Dembélé cedido el 27 de agosto de 2019 tras una reunión Bartomeu-Nasser envuelta en una extrema frialdad, pero aun así, el astro brasileño ha seguido enviando mensajes ambiguos, siempre con la intención de dejar la puerta abierta.

Con el Barça en bancarrota y Messi explicando su malestar, las flechas de amor de Neymar se han dirigido últimamente a la estrella del Barça, dando a entender que igual el mejor sitio para jugar juntos, ahora, sería el PSG. Es en este contexto de puñaladas de ida y vuelta en el que se deben entender las declaraciones de Leonardo, por supuesto pactadas con Nasser y habladas con Doha. La estrategia es clara y además tiene varias capas: entrar en la presumible subasta del mejor jugador del mundo, confiar que en el eventual reencuentro de Messi y Neymar en el PSG taparía la dolorosa marcha de Mbappé (que no ha renovado y no parece tener intención de hacerlo) y, sobre todo, preparar el terreno para la venganza definitiva del PSG, un club complejo y opaco, que es de hecho la prolongación de un estado muy rico pero escasamente democrático y que ha demostrado que se mueve también por oscuras pulsiones emocionales. Por todo ello, no seamos inocentes, porque Leonardo sabía muy bien lo que hacía con sus perversos puntos suspensivos. Tras el fichaje de Neymar el 2017, el PSG prepara ahora la segunda venganza, la madre de todas las revanchas. Bienvenidos al nuevo culebrón del 2021.