Saras será el líder del nuevo Barça

Sarunas Jasikevicius

Sarunas Jasikevicius / AFP

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

El legado de Pesic

Una decisión rápida, y sin duda meditada. La derrota en la final ante el Baskonia ha sido el detonante de la marcha del técnico serbio, pero creo que, aún ganando, el resultado hubiera sido el mismo. Pesic ha cubierto una etapa muy importante en el Barça. Fue la persona que inyectó ilusión y resultados en el momento más aciago del equipo en los últimos años.

Rompió con una travesía del desierto muy dura y empatizó con la afición blaugrana. No obstante, tras la enorme apuesta del club en el último año, unos fichajes de lujo, ya se intuía que probablemente Pesic no sería el entrenador que tendría la continuidad necesaria para sacar el máximo rendimiento a un equipo tan competitivo. Es sabido que el técnico tiene un carácter muy suyo, es un eufemismo, y no es sencillo dirigir a tantas estrellas sin que haya los pertinentes roces.

Sin duda, la Directiva ha valorado todos los aspectos y ha apostado por un cambio previsible en el banquillo. Y lo ha hecho de manera rápida, y teniendo su sustituto ya fichado. Un acierto total.

Final feliz al idilio

Estaba predestinado. Saras tenía que ser el entrenador del Barça. Diferentes desavenencias no lo habían hecho posible hasta ahora. Creo que debería haber llegado antes, pero no hay duda de que su fichaje es una inyección de ilusión espectacular. Reúne todas las cualidades necesarias para triunfar.

Es ambicioso, tiene carácter -el equipo no va sobrado-, será respetado por jugadores y afición, se ha hecho a sí mismo en un Zalgiris que siempre ha rendido por encima de sus posibilidades, es culé, y está deseando entrenar al Barça. Sabe que tendrá en sus filas a lo mejorcito de la Euroliga, más lo que le dejen fichar, y la marcha de Tomic puede que sea parte del pacto. Eso sí, querrá mandar y deberán dejarle, pero por descontado no será sencillo convivir con él.

Revolucionará todas las estructuras de la sección, las refrescará, y dará una nueva visión de cómo se debe jugar a básquet. Por todo ello se le ha incorporado. Hay que dejarle trabajar y confiar en el que es sin duda el sustituto natural de Obradovic en Europa. Y, claro está, él sabe que le exigirán títulos.