Santos Ángeles Custodios

Ter Stegen salva el segundo del Inter (EN)

Ter Stegen salva el segundo del Inter

Carme Barceló

Carme Barceló

Una de las herencias que me dejó mi madre fue la de mirar el santo del día. Con el tiempo he ido perdiendo tan pía costumbre pero ayer, poco antes del partido del Barça, lo hice. Santos Ángeles Custodios. Ese era el primero que aparecía en la lista. Y, claro, difícil no pensar en los guardianes de la portería, tan de moda los últimos días.

Mientras me cuentan que Víctor Valdés ya se ha planteado dimitir como técnico del Juvenil A, Ter Stegen tiene ganado el cielo desde que llegó y ayer volvió a salvar los muebles en una primera mitad angustiosa. Sin entrar en su increíble adaptación a la ciudad, su castellano casi perfecto aprendido en tiempo récord y su excelente integración y respeto en el vestuario, el cancerbero alemán ha ganado partidos prácticamente solo.

Si el barcelonismo se encomienda a su dios Messi, quisiera saber cuantos rezos y velas le encienden a Marc. En este momento, bajo mi modesto punto de vista, es el mejor portero del mundo. No tiene la misma opinión Löw, al que su segundo le manda un implícito mensaje cada partido que juega bien. Que son el 95%.

En Madrid, desde que se les estropeó el fax, tienen un temita. Keylor, en que en cuestión de minutos vio como lo de De Gea quedaba encallado en el aparato, volvió a su taquilla y ganó alguna que otra Champions. Traen a Courtois, pasa el Real Madrid un año en blanco y Navas, en el banco. En una de esas jugadas paradójicas de la vida, Keylor llega al PSG y Areola, al club merengue. De suplente del belga, claro. El mismo que encajó dos goles el Bernabéu, el mismo al que han tildado de ‘coladero’ en las portadas de la capital y el mismo que perdía de forma aplastante en una encuesta del programa El Chiringuito de Jugones frente a su segundo.

Barça y Madrid no dan hoy grandes alegrías a los suyos pero, cuando menos, hay un Ter Stegen fiable y un Messi del que puedes esperar el milagro cualquier día del santoral, además del suyo. Los de Zidane siguen echando de menos a Cristiano, Hazard no tiene el peso de un galáctico y la red está agujereada.