Si lo sabes y no apuestas, duele

Luis Suárez celebra el bonito gol que marcó al Villarreal

Luis Suárez celebra el bonito gol que marcó al Villarreal / MARC CASANOVAS

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Como dice el anuncio “si lo sabes y no apuestas, duele”. Así es el Barça actual, el Barça de Ernesto Valverde, el Barça de Leo Messi, omnipresente, él sí, el mejor jugador del mundo, un muchacho al que no le importa que marquen los demás (es más, le encanta asistir), que disfruta consiguiendo 525 goles en la Liga española (la misma cifra récord que ostentaba hasta anoche, en solitario, el tremendo ‘Torpedo’ Müller, con el Bayern de Múnich, en la Bundesliga), que le regala la última falta (minuto 87) a su amigo Luis Suárez, que le sirve un gol cantado a Aleix Vidal, dos minutos después, y que recoge todos los parabienes al término del partido porque, de nuevo, como corresponde al mejor, lideró el triunfo nº 12 del Barça (los otros tres partidos de Liga son empates), manteniéndole al frente de la Liga con 39 puntos, cinco más que el Valencia, seis más que un rácano Atlético, que ganó en el Benito Villamarín con un esquema ultradefensivo, y ocho más que el Real Madrid, que ya está en Abu Dabi para darse un festín planetario. ¡Ah! y ese Messi prodigioso lleva 11 palos de los 21 postes que acumula este año el Barça en los 25 partidos oficiales que ha disputado.

Si lo sabes y no apuestas, duele. Ese es el Barça actual con jugadores que están ya a un nivel altísimo, no solo Messi, ahí está ese prodigio llamado Ter Stegen que, también, también, en un partido que parecía fácil, apareció con tres manos prodigiosas; y Piqué; y Vermaelen, ¡ya nadie habla del quinto central!; o ‘correcaminos’ Alba; la pausa de Busquets, cierto, siempre persiguiendo el susto, en el alambre; Suárez, goleador; Sergi Roberto, que juegue donde juegue es poderoso; Aleix Vidal, incisivo y, cómo no, Alcácer, que vuelve a ser decisivo en el momento más espeso, pues el goleador ya tuvo la primera al minuto de pisar el césped y estuvo sensacional, apoteósico, en la pared con Suárez, por cierto, un gol ‘made in Barça’, ahora que tanto y tanto se habla de que el Barça ya no juega como el Barça. Ese gol, Messi-Suárez-Alcacer-Suárez, dribling al bueno de Asenjo, que volvía tras una gravísima lesión, y ‘golarro’.

Si lo sabes y no apuestas, duele. Es cierto, muy cierto, que la expulsión de Raba facilitó las cosas (“cuando ven a un chico joven es más fácil expulsarlo que cuando ven a un jugador de un poco más de peso”, dijo Calleja, técnico local), pero no hay que olvidar que el conjunto culé dominaba y estaba preparando el asalto a la victoria. Y, lo que sigue siendo distintivo de este equipo, del ‘Txingurri’, es que todos, todos, cuentan y no le tiembla la mano al míster para seguir confiando en toda la plantilla, mientras no pocos nos acordamos de que ayer estaban sobre el campo buena parte de los jugadores de segunda línea y el juego continuó siendo sólido, aumentando los goles a 35 (máximos realizadores del campeonato) y manteniendo la portería a cero (7 tantos, equipo menos goleado).

Si lo sabes y no apuestas, duele. Queda mucho. Queda toda la temporada. Queda el clásico de Navidad. Resta un mes de enero con una dura Copa en la que el Barça no podrá hacer rotaciones, pues le ha tocado el duro Celta, pero el equipo está entero, líder y mandón.