Rosell intentará que Laporta no se presente

Sandro Rosell y Joan Laporta han limado asperezas en los últimos meses

Sandro Rosell y Joan Laporta han limado asperezas en los últimos meses / EFE

Joan Vehils

Joan Vehils

El jueves al mediodía, ajenos a la debacle nocturna que se avecinaba en el Camp Nou, un reducido grupo de periodistas de Barcelona comíamos con Sandro Rosell en un acto más de la campaña que el expresidente està realizando para promocionar su libro ‘Un fuerte abrazo’. Un libro interesante que relata los injusto 645 días que la juez Carmen Lamela le hizo pasar en prisión antes de que se demostrase que era inocente. O sea, una auténtica vergüenza. Rosell nos suplicó que hagamos difusión porque todos el dinero que se recaude de la venta irá destinado a paulino, el párroco de la prisión de Soto del Real, para contratar abogados para la defensa de los presos preventivos sin recursos. Dicho queda.

Del libro hablamos pero también y mucho del Barça. Hubo debate intenso entre Rosell y Ramón Besa que tienen concepciones muy distintas de algunos aspectos del fútbol y su entorno y hubo un momento digno de un reality cuando Sandro le dijo al admirado periodista Xavier Vidal Folch: ‘Mirame a los ojos, mírame bien’. Yo nunca he espiado a nadie y a nadie es a nadienadie’. La referencia viene a cuento porque en aquel momento apareció el nombre de Jaume Roures sobre la mesa.

Nos contó también las 72 inspecciones de hacienda que ha tenido desde que alcanzó la presidencia del Barça, bueno, 73 porque la semana pasada tuvo una más y nos explicó la llamada de Laporta. Repitió que él no la hubiera hecho y que se sorprendió cuando vio en la pantalla de su coche, conduciendo por el Ampurdán, el nombre de Jan. Luego, hubo una segunda llamada y una comida en casa de Sandro. ‘Decidimos hacerlo en mí casa porque Laporta no cocina muy bien’. Explicó entre broma y broma. Eso sí, mostró un sincero afecto hacia Laporta. Dijo que solo guarda los buenos recuerdos de aquella relación y comentó que intentará que no se presente pero que lo hará desde el cariño que le tiene. ¿Y si eso beneficia a Víctor Font? Pues esa fue la única pregunta que no tuvo respuesta... Dijo Rosell también que tanto él como Bartomeu o el propio Jan ya son agua pasada. Pues nada que no sé si logrará convencer a un Laporta que el día antes le vimos muy en forma en un acto benéfico. Por cierto, que el almuerzo con Rosell se celebró en Vilaviniteca donde el gran Quim Vila nos ofreció unos vinos inolvidables. El último un Klein Constantia de sudáfrica para celebrar los diez años del gol de Iniesta.

Benedito en enero

Estos días corría el rumor por Barcelona que Agustí Benedito podría integrarse a la precandidatura de Joan Laporta si este último decidía presentarse. En el 2015 el expresidente ya lo intentó y ahora parece que tampoco hay opción. O sea, nada de nada. Agustí lo volverá a intentar en solitario aunque no realizará apariciones públicas hasta el mes de enero.

¿Jaume giró candidato? 

Otro nombre que ha aparecido esta semana como posible precandidato es el de Jaume Giró, el exdirector de la Fundación Bancaria ‘La Caixa’. No cabe duda que Giró sería un buen candidato pero hasta ahora tampoco hay nada de nada. Todos sus esfuerzos están centrados ahora en el nuevo despacho profesional de consultoría que abrirá en septiembre y que dará mucho que hablar... Por cierto, si Giró algún día diera el salto, conociéndole, lo haría de manera independiente. Es decir, sin depender de nadie. No lo necesita...

Ernest folch 

Nunca es una buena noticia que un director deje su puesto y menos cuando es por motivos de salud. Así que solo me queda que desear mucha suerte a Ernest Folch en su nueva vida. Al menos, a partir de ahora, podrá vivir como una persona normal y disfrutar de los suyos. Por cierto, que también le quiero dar la bienvenida y desearle mucha suerte a Albert Sáez. Un periodista serio y más que capacitado para dirigir el Sport y El Periódico a la vez. Eso sí, uno, que estuvo casi 9 años al frente de este rotativo, piensa que el Sport tiene suficiente entidad para tener a un director en exclusiva. Queda dicho.