Ronald Koeman, el holandés errante

Koeman sigue por ahora

Koeman sigue por ahora

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Puede parecerles un título poco original o recurrente, el de la historia de un marinero neerlandés que, dice la leyenda, que fue condenado a navegar eternamente, sin tocar tierra y lo que es más importante, sin rumbo. Que Koeman es un mito y una leyenda del barcelonismo es evidente. Que es un entrenador que siente los colores del club, también lo es. Que renunció al cargo de la selección nacional holandesa para venir al Barcelona, nadie lo ha puesto en duda. Todo esto, está en la balanza a favor de Koeman, junto a la gratitud eterna hacia el inquilino del banquillo del Barcelona. Pero a partir de ahí llegan las dudas, enormes y sólidas dudas, de sí, con eso llegará a culminar el actual proyecto del Barcelona.

Koeman corrige poco los partidos que se tuercen y a algunos jugadores les llama la atención las pocas ideas tácticas que les aporta en ataque. Porque Ronald Koeman, como buen defensa que fue, tiende a protegerse demasiado. Tiene tendencias conservadoras. Lo que en el argot vulgar algunos llaman un entrenador cobarde (cagón suena algo fuerte). Es conservador con los veteranos y, a las primeras de cambio, vuelve a protegerse con la guardia pretoriana de los capitanes y de los jugadores con más oficio como Coutinho o L. de Jong. Es un convencido del sistema de los tres centrales, además, por el overbooking de defensas que tiene en la plantilla. Es cierto que ha apostado por la cantera, pero en más de una oportunidad fue por absoluta necesidad. No había otra cosa al mirar al banquillo.

De ahí se entiende la rotunda afirmación de Koeman en la rueda de prensa previa al Atlético: “Si yo hubiera tenido la bolsa del dinero, Messi seguiría aquí”. Messi tapaba muchas cosas y para el holandés la vida era mucho más fácil. Jugar para el argentino, y que resuelva, como siempre. Messi escondió muchas carencias y hacía la vida mucho más fácil a todos, empezando por su entrenador y siguiendo por sus compañeros durante muchos años. A Laporta, Koeman no le llena, lo ha dicho por activa y por pasiva, pero no le queda otra. Está tratando de ganar tiempo y esperar que las cosas cambien casi por azar. Pero lo cierto es que no le destituyó porque se desprotegían y quedaba su junta a la intemperie, porque no tenían alternativa cerrada que les convenciera y porque económicamente no le era muy rentable hacer semejante operación.

Y en estas está Laporta. Jordi Cruyff paró de momento el golpe pero, ¿dónde quedó su capacidad de seducción para los entrenadores? ¿Cuál era realmente su proyecto deportivo cuando hace casi un año comenzó la campaña electoral a la presidencia del Barcelona?