Robert Fernández y Raül Sanllehí

A simple vista, y por sentido común, asusta pensar que estamos a día 12 de agosto, que quedan menos de veinte días para que el mercado de fichajes de verano baje la persiana y que el FC Barcelona solamente ha fichado a Semedo y ha recuperado a Deulofeu. Y además, tiene pendiente las salidas de Vermaelen, Munir, Samper, Douglas y vayan ustedes a saber si algún jugador más...

La radiografía, hoy, es todavía más preocupante si tenemos en cuenta que no está Neymar, que es verdad que ha dejado 222 millones de euros en la caja, pero también un hueco difícil de llenar en el terreno de juego... a no ser que el club fiche de forma adecuada, tanto desde el punto de vista deportivo como económico. 

Nos equivocaríamos todos, y mucho, si pensáramos que las negociaciones que ha abierto el FC Barcelona con Dembélé y Coutinho, y sus respectivos clubs, se han iniciado ahora y son, solo, consecuencia de la huida de Neymar. Tanto Robert Fernández como Raül Sanllehí, el primer secretario técnico y el segundo como director de fútbol, llevan meses, incluso más de un año, abonando el terreno tanto con el francés Dembélé como con el brasileño Coutinho. Cuando nos preguntamos qué hacen durante la temporada, cuando no hay fichajes a la vista, se dedican a eso, a sembrar, a hablar, a negociar, a viajar, a visitar, a hablar, a convencer, para que cuando venga Neymar y decida irse el 1 de agosto, el club tenga el suficiente margen de maniobra para ser capaces de parar el golpe y tener capacidad de respuesta. Es ese un trabajo sordo, no valorado y no reconocido, pero si finalmente Dembélé y Coutinho acaban vistiendo de azulgrana habrá que reconocerles tanto a Robert Fernández como a Raül Sanllehí el mérito que merecen. Puede que la faena la rematen otros, pero el trabajo previo lo han hecho ellos.