Riqui Puig se queda sin sitio en el Barça

Riqui Puig, en el banquillo del Camp Nou

Riqui Puig, en el banquillo del Camp Nou / Valenti Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Riqui Puig tiene un talento inmenso. Una clase exquisita. Y un estilo que encaja a la perfección en el modelo Barça. Es un futbolista que, por sus condiciones, debería estar llamado a ser, irremediablemente, un pilar en el presente y el futuro del equipo blaugrana. Pero no está siendo así. De hecho, la presencia de Riqui Puig en el nuevo Barça que está construyendo Xavi es simbólica. Tanto como lo fue en las tres temporadas anteriores, con tres entrenadores diferentes. Riqui Puig apenas juega con Xavi, pero tampoco jugó con Koeman. Ni lo hizo con Quique Setién. Ni con Valverde. Ni siquiera con Sergi Barjuan. El problema parece claro que no es de los técnicos, sino del futbolista. ¿Qué pasa, pues, con Riqui Puig? La respuesta a este interrogante debemos encontrarla en la peculiar personalidad del jugador, su falta de actitud en los entrenamientos y su escasa intensidad. Tres virtudes que sí poseen otros futbolistas, incluso más jóvenes que él (Riqui Puig va camino de los 23 años), que se han ganado la titularidad en el centro del campo del Barça, como es el caso de Pedri, Gavi o incluso Nico. 

Los números de Riqui Puig demuestran que jamás ha tenido el protagonismo que se le auguraba. Con Ernesto Valverde de entrenador y a caballo entre el primer equipo y el Barça B, Riqui Puig jugó 192 minutos en tres partidos. Con la llegada de Quique Setién (a mediados de la campaña 2019-20) se esperaba una explosión del canterano, pero aunque jugó más (578 minutos), solo fue titular en 6 encuentros de los 12 en los que participó. Tampoco le fue mejor con Koeman: en un año y medio jugó 653 minutos. El holandés, además, fue muy duro públicamente con Riqui Puig: “Tiene que mejorar en muchos aspectos”. Sergi Barjuan, en su interinidad, le dio 52 minutos. Y, finalmente, con Xavi su participación ha descendido hasta unos testimoniales 240 minutos repartidos en siete encuentros.

Las estadísticas son demoledoras. Riqui ha entrado en la senda del olvido y su continuidad en el club (aunque tiene contrato hasta junio del 2023) no está clara. El centro del campo del Barça tiene tanta calidad que Riqui Puig se ha quedado sin sitio. Una cesión (él siempre se ha negado a aceptar esta opción) o una venta en el mercado de verano son ahora mismo sus mejores alternativas. Por no decir las únicas. A no ser que convenza a Xavi en los próximos tres meses. Cosa que parece imposible si no transforma completamente su manera de entender la profesión de futbolista.