Riqui Puig y Ansu Fati

Messi, Ansu Fati y Riqui Puig

Messi, Ansu Fati y Riqui Puig / VALENTÍ ENRICH

Xavi Torres

Xavi Torres

El barcelonismo anda desconcertado con Riqui Puig y Ansu Fati. Son futbolistas que gustan porque siempre que han recibido la oportunidad de su entrenador han respondido con buen fútbol pero, sin embargo, juegan poco.

El desánimo general con algunas de las estrellas -Coutinho, Dembélé, Griezmann...- y con el equipo -mal juego, resultados discretos, poca confianza en el éxito...- ha llevado al aficionado a centrar su ilusión en dos jóvenes talentos de La Masia, en realidad, más por lo que apuntan que por lo que han demostrado. El sábado, en Vigo, ambos fueron titulares. “¡Por fin!”, exclamaron algunos. Tras la presión del pueblo y de los medios de comunicación y, también, por sus propios méritos a Quique Setién no le quedó otra que ponerlos a jugar de entrada.

crecimiento tardío

Riqui Puig acaba de cumplir 20 años, una edad con la que muchos futbolistas ya están consolidados en el fútbol profesional. Su carrera no ha sido fácil. Su crecimiento tardío lo ha puesto muchas veces -la última, no hace tanto- en la casilla de salida. En realidad, hay quien piensa que lo que estamos viviendo es un auténtico milagro. Para compensar sus hándicaps físicos muestra talento y suma porque sabe a qué juega. Sin embargo, no hay que olvidar que un interior del Barcelona debe pisar ambas áreas para marcar goles (en la contraria) y para robar balones (en la propia). Podríamos decir que Riqui, ante el Celta, estuvo correcto.

Ansu Fati cumplirá pronto los 18 años y a él sí le acompaña el físico. Estamos ante un futbolista diferente, atrevido para el desborde y dotado para el gol que, como Puig, entiende el lenguaje del Barça. Sin embargo, su partido, en Balaídos, fue discreto. No puede ser de otra manera jugando tan poco como lo hacen ellos.

mal momento

Visto lo visto y dicho lo dicho, ¿hay para tanto con Puig y Fati? En el Barça actual hace falta superar el estado intrascendente de algunos buenos futbolistas que pasan por un mal momento y el de muchos otros, afamados pero descolocados por la exclusividad del universo azulgrana. Sobre los primeros, poco que objetar. Vendrán tiempos mejores, por ejemplo, para De Jong; sobre los segundos, en fin, auténticos dramas deportivos y económicos que veremos hasta dónde y cuándo condicionan el futuro de la entidad.

En este escenario de degradación, de despilfarro económico y rosario de errores deportivos, parece justo pedir para ambos la misma paciencia y los mismos minutos que han recibido fichajes con mucho nombre pero sin condiciones para rendir en azulgrana. ¿Puede Riqui triunfar en el Barça? ¿Y Fati? Primero, igualdad de oportunidades; después, las valoraciones.