Sí, Griezmann y De Jong todavía pueden redimirse

Griezmann estará a punto para recibir al Nápoles

Griezmann estará a punto para recibir al Nápoles / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El ‘croupier’ de la Champions reparte este sábado las cartas definitivas de esta temporada y ,sin duda, las más importantes de la última década. El Barça se encuentra en una encrucijada institucional, a las puertas de unas elecciones, asfixiado económicamente por el coronavirus y con el ‘Espai Barça’ en el aire, y en una encrucijada deportiva, con una maravillosa generación de futbolistas que toca a su fin y que no tendrá muchas más oportunidades de reinar en Europa.

Es evidente que el Barça está en una situación muy apurada, con escaso margen de maniobra, y con los fantasmas de París, Turín, Roma o Liverpool planeando en el aire, que de repetirse ahora provocaría un seísmo de consecuencias inimaginables. Pero como suele pasar en el siempre impaciente entorno culé, hay quien confunde estar apurado con estar acabado: si alguna cosa ha demostrado este club y sobre todo estos futbolistas es que nunca, nunca, ni siquiera ahora, hay que darlos por muertos.

A esta diabólica curva final llegan todos altamente presionados: Bartomeu y su junta, Messi y el resto de capitanes, y evidentemente Setién. Pero no son los únicos. Curiosamente, hay dos nombres que pasan medio desapercibidos en medio del seísmo actual: Griezmann y De Jong, los dos grandes fichajes de este curso, que debían pilotar la transición entre el pasado y el futuro, o al menos esto se nos dijo cuando se les fichó. Sus estadísticas reflejan que Valverde y Setién les han dado un rol trascendente (Griezmann ha jugado 35 partidos de Liga y 7 de Champions, De Jong 29 y 7), pero la cruda realidad es que no han podido aportar nunca ningún plus de competitividad.

Se dirá con razón que no han estado mejor pero tampoco peor que el resto del equipo, y que han naufragado como casi todos. Pero ni Griezmann ha podido ni siquiera acercarse a ser el tercer ‘crack’ de la delantera, siendo a menudo eclipsado por un Ansu más fresco y desbordador, ni De Jong ha cogido las riendas del equipo ni ha tenido la capacidad de sustituir con garantías a Busquets cuando no ha estado. La buena noticia es que los dos han tenido chispazos esperanzadores. El francés anotó un golazo delicioso de vaselina al estilo Messi contra el Villarreal hace solo un mes y De Jong ha tenido momentos brillantes, pero solo cuando se ha soltado en serio.

Ahora llega por fin la particular hora de la verdad de los dos, en la que se verá si dan por fin el famoso paso adelante que se les pide desde que llegaron. En el fútbol, y por supuesto en el Barça, los grandes jugadores se redimen en las grandes citas. Griezmann y De Jong tienen la oportunidad de dejar en papel mojado las críticas que han recibido este mismo sábado. Así es la Champions, una moneda al aire que puede cambiar en un segundo los destinos que más de uno cree que ya están escritos.