Reyes, una realidad incómoda

El coche de Reyes quedó totalmente calcinado tras el accidente

El coche de Reyes quedó totalmente calcinado tras el accidente / EFE

Pere Mas

Pere Mas

No es fácil escribir un artículo cuando una persona ha perdido la vida en circunstancias tan trágicas. José Antonio Reyes, de solo 35 años y su primo de 23 fallecieron en un terrible accidente con un protagonista que nadie desmiente, el exceso de velocidad.

Así las cosas la información ha tendido a la espectacularización del dolor, imágenes de los familiares afligidos, sus mensajes en redes sociales y muestras de condolencia de gente como Sergio Ramos, Ivan Rakitic o Florentino Pérez.

Una información acrítica que huyó de las causas hasta que Santiago Cañizares puso el dedo en la llaga con un tuit posteriormente matizado: “circular con exceso de velocidad es reprochable, no merece un homenaje como si fuera un héroe”. 

Comentarios que molestaron a Kiko Narváez: “Hay que recordar a la persona, el futbolista, nada de hacer suposiciones ni otro tipo de comentarios”. Lo dijo en ‘Deportes Cuatro’, minutos antes dar por buena la velocidad de 237 km/h en el momento del choque, como si fuera normal doblar el límite. Una cifra que Nacho Abad discutía en ‘Espejo Público’ a partir de los datos preliminares de la investigación afirmando que “la causa fue un despiste, desmiento la velocidad de los 237 km/h, está por determinar aunque es obvio que es alta”. 

La tragedia es enorme pero no hay que abandonar el espíritu crítico por mucho que duela. Descanse en paz.