Reto bonito en un nuevo escenario

FIFPro quiere que el fútbol regrese cuando exitan todas las garantías

FIFPro quiere que el fútbol regrese cuando exitan todas las garantías / AFP

Gerard López

Gerard López

Estamos en terreno desconocido desde hace semanas, desde el momento en que nos encerramos en casa. Como si de una película de ciencia ficción se tratara. Tantas incógnitas provocan que vivamos al día, sin saber qué pasará mañana. El fútbol no es ajeno a todo ello. Y el Barcelona igual. Se preparan para un mañana sin saber qué día es hoy.

Pero habrá un momento en el que los equipos vuelvan a entrenar. Y a jugar. Y a levantar títulos. Y hay que actuar con viveza porque el espectáculo se desarrollará en un escenario por descubrir. Algunas medidas toman cuerpo como la de empezar los entrenamientos en pequeños grupos, en que habrá tres o cuatro semanas de preparación, que en julio se jugará la Liga y en agosto la Champions y a puerta cerrada. 

Los equipos, y los entrenadores, deberán dejar a un lado axiomas para adaptarse a los nuevos tiempos, a dos meses de competición con un doblete en juego. Hay factores que primarán sobre otros en estos dos sprints: El competitivo sobre el buen juego, el pragmatismo sobre el idealismo, la actitud sobre los miedos, la contundencia en las dos áreas sobre el juego de creación, la unión del grupo sobre las individualidades... Y la suerte, que siempre está presente. Cada partido será una final a ganar. Habrá 11 de Liga y 6 de Champions. Quedan 17 partidos sin apenas tiempo para recuperarse entre uno y otro, sin margen para el error. Quien juegue a su favor estos elementos  se llevará el gato al agua.

Estoy convencido de que los jugadores llegarán más fuertes que en verano. No han parado ni un día mientras que tras una temporada de 60 partidos te dejas ir cuando llegas a la playa. Ahora no ha sido así. Todos trabajan en casa e incluso ha servido para recuperar lesionados (Sergi Robert, Arthur y Luis Suárez en el caso del Barça).

Factores externos

El calor será otro factor a tener en cuenta si la competición se reanuda en julio. Es diferente jugar en Sevilla (donde el Barça debe ir) o en Vigo (también debe ir). El calor afectará más a los jugadores porque llegan tras dos o tres meses sin competir. Y si en España ya se aprecian estas diferencias…¡Imagínense para un inglés que debe jugar la vuelta de la Champions en agosto en el Camp Nou! 

Otra de las diferencias será el público. Es diferente  jugar con o sin. El Barça no está acostumbrado a un apoyo extremo de la grada como, por el contrario, sí puede afectarle más al Sevilla.

El miedo al contagio también puede ser significativo. Inicialmente se contempla que los equipos se encierren en un hotel para llevar a cabo la preparación, como hacen en pretemporada, o incluso para la competición. A mí no me parece tan mala idea pues entiendo que un único contagio echaría por el traste la disputa de todas las competiciones. El riesgo debe ser cero. Y hay que tomar las medidas adecuadas para que así sea porque la pandemia no habrá desapareci. El jugador estará estresado emocionalmente que conllevaría un rendimiento menor al habitual. 

En definitiva, se avecina un reto mayúsculo,  mental y físico porque sejugarán partidos a cara o cruz cada tres días. Se abre un mundo nuevo. De la misma manera que el más listo es el que saldrá más reforzado, el premio también puede ser mayor.

El Barcelona tiene una plantilla experimentada, capaz de sacar tajada de la situación. Si se pone el chip adecuado para dar un plus en este sprint, puede llevarse el doblete que tendría un valor increíble tras tanto sufrimiento. Sería una inyección de moral.