Y de repente, los árbitros

Iniesta no quiso hablar de la actuación de Mateu Lahoz

Iniesta no quiso hablar de la actuación de Mateu Lahoz / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

La folclórica actuación de Mateu Lahoz ha causado lógica indignación en las filas del Barça, que siente que el árbitro le alteró un partido que ya tenía muy bien encarrilado. El club entiende que cualquier árbitro puede equivocarse, pero sospecha del momento, a escasas horas de la casi final contra el Atlético y en el momento cumbre de la Liga.

Crece la sensación de que hay una relación nada casual entre la campaña que denunciaba que hacía dos años que al Barça no se le señalaba un penalti y la inversemblante decisión de Mateu, que pitó una pena máxima sin que se sepa todavía por qué. O quizás sí se sabe: el siempre creativo Lahoz vio quizás su oportunidad de pasar a la historia y contentar a la corriente mediática que recordaba, día sí, día también, la famosa racha de dos años sin un penalti.

Lo cierto es que el episodio ha enervado al vestuario y ha desestabilizado al equipo en el momento cumbre de la temporada, y por cierto ha servido para tapar que el encuentro en Las Palmas mostró también carencias propias que nada tiene que ver con Mateu. Por todo ello, lo mejor que puede hacer ahora el club es olvidarse del episodio y recuperar la plena concentración de cara al trascendental partido de mañana ante el Atlético, algo que no será fácil porque tras Mateu pitará este domingo Gil Manzano, protagonista de la controvertida expulsión el pasado año a Luis Suárez, que le costó perderse la final de Copa.

El Barça llevaba la temporada muy bien controlada, invicto en la Liga, en la final de Copa y con una buena perspectiva en la vuelta de los octavos de Champions. Hasta que, de repente, han aparecido los árbitros. La preocupación es lógica, pero lo más inteligente que ahora puede hacer el equipo es huir de cualquier victimización, controlar los nervios y seguir con su racha implacable. Al fin y al cabo, solo se habla de los árbitros cuando no se gana.