Renovarse o morir

Los jugadores lesionados y sancionados vieron el partido en la grada

Los jugadores lesionados y sancionados vieron el partido en la grada / Valentí Enrich

Rubén Uría

Rubén Uría

MEDIOCRIDAD EN BUCLE Lo que todavía queda del Barça despidió el año con un simulacro de partido que resumió, a la perfección y sobre todo en el primer tiempo, el estado de un club que tiene más agujeros que el Prestige y de un equipo que sobrevive embarrado en el chapapote de una tristeza que va más allá del balón. La Liga está casi imposible… en diciembre. Que todavía haya quien siga culpando a Messi de todo esto y quien sostenga que el equipo juega mejor sin el argentino es, con perdón, para mear y no echar gota. Ante el Éibar, sin jugar un solo minuto, el mejor volvió a ser Messi.

Que, por cierto, volvió a decir las verdades del barquero: “El club está muy mal y costará volver a donde se estaba”. Amén. La crisis es de proporciones bíblicas: institucional, deportiva, social y de valores. De esos de los que algunos presumen mucho y demuestran poco. Culpen a quien quieran, desde los despachos al verde, porque la lista de responsables es más larga que la de los reyes godos, pero la realidad es que huele a cerrado y hay que abrir las ventanas cuanto antes, porque ya no hay por dónde coger este disparate de mediocridad en bucle. 

BENDITAS URNAS En unas horas se echará el telón a este maldito año 2020, terrorífico para el culé, que ha tenido que asistir, desde la frustración y la impotencia, a un ejercicio brutal: ver cómo han convertido un club histórico en una sociedad histérica. Está en juego el futuro institucional y deportivo de este Barça. Poca broma con eso. Si algo tiene maravilloso este club es que, lejos de ser una SAD, todavía se rige por un principio democrático que permite al socio, el legítimo dueño del Barça, elegir quién debe reconducir una nave a la deriva. Humilde consejo al socio: piensen bien a quién van a votar, qué modelo de club quieren, qué equipo desean y jamás olviden la gestión nefasta de los que han convertido un club referencia en el circo con la mujer barbuda. Señores socios: renovarse o morir.