La renovación de Valverde no es un cheque en blanco

Ernesto Valverde ha firmado el contrato que le ligará con el Barcelona por una temporada más

Ernesto Valverde ha firmado el contrato que le ligará con el Barcelona por una temporada más / FC Barcelona

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça sorprendió ayer a todo el mundo con el anuncio de la renovación de Valverde, una carpeta que se preveía para más adelante y que se logró cerrar con la máxima discreción. El movimiento de Bartomeu es en realidad una apuesta por la estabilidad, en un club que desde la llegada de Rijkaard de la mano de Joan Laporta ha optado siempre por proyectos de medio/largo recorrido.

Curiosamente, el Barça es un club que históricamente tiende a la inestabilidad y sin embargo, por tradición y porque históricamente ha dado grandes frutos, prefiere siempre, en caso de duda, mantener al inquilino del banquillo. En realidad, Bartomeu no ha hecho nada más que continuar una filosofía razonable, plenamente aceptada por la mayoría de la masa social, pero que en ningún caso debe confundirse con un cheque en blanco: Valverde se equivocará si interpreta este gesto de confianza como un aval completo a toda su gestión.

Porque el entrenador blaugrana ha demostrado capacidad de gestión del vestuario, mano izquierda con las vacas sagradas (principales impulsores de la renovación), ha construido una plantilla competitiva y su carácter inteligente y sensato es un seguro de estabilidad en todo momento. Ahora bien: tiene todavía asignaturas pendientes, y a pesar de haber subido a Aleñá al primer equipo y de haber dado alguna oportunidad aislada a canteranos como Miranda o Chumi, ha sido hasta el día de hoy  un entrenador que en caso de duda ha priorizado siempre la gestión cortoplacista de la plantilla a decisiones de medio y largo plazo. Es decir, Valverde deberá aprovechar el tiempo que se le da para completar lo que no ha podido hacer en su primer mandato.

En cualquier caso no es ninguna casualidad que el final del 1+1 de esta renovación coincida con el cierre de la era Bartomeu. Con el gesto de ayer, el presidente del Barça aspira a tener un fin de mandato lo más estable y tranquilo posible. Todo está perfectamente diseñado, lo que sucede es que en el fútbol todo debe ser ratificado en el terreno de juego.