¡Que nadie les dé por muertos!

Arturo Vidal y Luis Suárez, dos de los protagonistas de la remontada blaugrana

Arturo Vidal y Luis Suárez, dos de los protagonistas de la remontada blaugrana / EFE

Lluís Mascaró

El mejor escenario para las reivindicaciones futbolísticas es el Camp Nou. Y en una semana de alta tensión entre el vestuario y el palco, los jugadores estaban obligados a hablar con el balón en los pies. Y lo hicieron en las circunstancias más adversas posibles: con el marcador en contra, con la presión de ver peligrar la Champions y con murmullos (y algún que otro pito) de miedo entre la afición. Y eso dice mucho, muchísimo, de estos jugadores. Sin estar en forma, sintiéndose terriblemente cuestionados, lograron una victoria épica con doblete de Luis Suárez ante un poderosísimo Inter.

Baño táctico, futbolístico y físico del Inter en la primera mitad. Lo mejor que le pasó al Barça en estos primeros 45 minutos fue encajar solo un gol, porque los italianos hicieron méritos para marcar varios más. La superioridad del equipo de Conte fue humillante ante un Camp Nou primero atónito y luego enfadado. La impotencia de los jugadores del Barça se transformó en desesperación para los aficionados, que acabaron pitando a los blaugranas. La brillantez de ideas y la velocidad del Inter contrastraron con la incapacidad de Valverde para encontrar soluciones. Un guión terrible que hacía presagiar un auténtico drama.

Afortunadamente, todo cambió en la segunda parte. Curiosamente con la entrada de Arturo Vidal por Busquets. El Barça se ordenó, presionó mejor y se quitó el miedo de encima con un golazo de Luis Suárez. Los blaugranas aprovecharon el desgaste de los italianos y encerraron al rival en su área con la aparición de Dembélé. Con la ostensible mejoría del equipo de Valverde y la quinta marcha de un Messi ya recuperado de su lesión, el Barça fue capaz de culminar una remontada imposible con un segundo gol de Suárez. 

Lo que podía haber sido una tragedia acabó en una fiesta. Es la fuerza de estos futbolistas. Que nadie les de por muertos.