El regreso del FC Barcelona al 2008

Joan Laporta y Pep Guardiola en 2008

Joan Laporta y Pep Guardiola en 2008 / Zoltan Czibor

Toni Frieros

Toni Frieros

El leitmotiv de la última campaña electoral de Joan Laporta se sustentó, básicamente, en la capacidad del candidato en generar ilusión entre una masa social alicaída. Además de la famosa pancarta colgada en los aledaños del Santiago Bernabéu, repitió un mensaje hasta la saciedad en todas las entrevistas que concedió: “Lo hicimos una vez y volveremos a hacerlo”. 

Laporta no se refería única y exclusivamente a los éxitos deportivos del final de su mandato en 2010, sobre todo al camino, al proceso, a las decisiones que tomó en 2008 para pasar de una moción de censura (se salvó por los pelos) a la construcción del mejor equipo de fútbol de la historia de la mano de Pep Guardiola.

Además de esa moción, tuvo que afrontar una rebelión a bordo de unas dimensiones nunca vistas antes en la historia del FC Barcelona. Se le fueron ocho directivos de peso: Albert Vicens, Ferran Soriano, Marc Ingla, Xavier Cambra, Antoni Rovira, Clàudia Vives-Fierro, Evarist Murtra y Josep Lluís Vilaseca.

¿Cómo reaccionó entonces Laporta, que se negó a dimitir, para superar ese momento tan crítico? ¿Por qué aguantó en el cargo si lo más fácil, y hasta cierto punto lógico, hubiera sido abandonar el barco?

Laporta decidió rodearse de amigos, de personas de su absoluta confianza, de gente que conocía, que sabía que le serían fieles. Y fue cuando llegaron, en diferentes tramos, Josep Anton Colomer, Maria Elena Fort, Jordi Torrent, Patrick Auset, Xavier Bagués, Rafa Yuste, Albert Perrín, Joan Franquesa, Joan Boix, Xavier Sala i Martín... 

Y tomó otra decisión en esa misma dirección en el área ejecutiva. Prescindió de Anna Xicoy como directora general del club y la sustituyó por Joan Oliver, de quien dijo en 2015, cuando Laporta era candidato a la presidencia del FC Barcelona, que “es el mejor director general de la historia del club y si soy presidente quiero estar rodeado de los mejores”.

Si analizamos las decisiones que ha venido tomando Laporta en el club en los últimos meses, desde que ganara las elecciones en marzo de 2021, encontraremos docenas de similitudes con lo ocurrido en 2008. Se ha rodeado de los suyos en todos los estamentos del club. Por eso a nadie debería extrañarle que recientemente acuñara una frase que ha dado para mucha literatura y que merece un artículo aparte: “El club se gestiona ahora como una gran familia”. 

Y casualmente, en el terreno deportivo, también existe un cierto paralelismo. Pasó de poner el proyecto en manos de Guardiola a las de Xavi Hernández. 

2008, tan lejos... tan cerca.