La realidad paralela del madridismo

Una imagen de Messi y Cristiano Ronaldo en el último clásico

Una imagen de Messi y Cristiano Ronaldo en el último clásico / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

En Madrid ya no hablan de la Liga. Solo piensan en el Pichichi. Y celebran la ‘remontada’ de Cristiano como si fuera medio título. Si el portugués consigue arrebatarle el trofeo de máximo goleador a Messi, los ‘amigos de Florentino’ son capaces de montar una cabalgata por la Cibeles... La maquinaria mediática madridista intenta, una vez más, cambiar la percepción de la realidad. Cuando realidad, en este caso, solo hay una: el Barça será campeón de una Liga en la que el Madrid lleva meses siendo una simple comparsa. Intentar ahora tapar el éxito blaugrana con la brutal racha goleadora de Cristiano (que, hay que reconocerlo, llega a la recta final de temporada en un estado de forma excepcional: 21 tantos en los últimos 11 encuentros) resulta absurdo. Por no decir patético...

Estamos ya acostumbrados a las campañas manipuladoras de ciertos medios de comunicación de la caverna madridista. Campañas dirigidas, casi siempre, a desviar el foco de atención. Y a intentar menospreciar los triunfos del Barça. Lo que empezó siendo una desesperada táctica ‘anti-Guardiola’ ha acabado convirtiéndose en una costumbre. Una mala costumbre. Y ahora que el Madrid ha hecho el ridículo en la Liga y en la Copa, toca buscar ‘fake news’ para esconder el fracaso. Y elevar el posible (insisto, posible, porque Messi todavía le lleva tres goles de ventaja al portugués) Pichichi de Cristiano a categoría de portada es, sin duda, el mejor ejemplo de esa tergiversación de la realidad.

Ahora que el Barça se encuentra a solo 15 partidos de otro (el tercero) triplete histórico (un triplete que, por cierto, el Madrid nunca ha logrado) ha llegado el momento de buscar realidades paralelas para tapar el éxito blaugrana. Aunque esta vez lo tienen más difícil que nunca porque Cristiano será portada no por marcar más goles que Messi sino por su juicio penal con Hacienda por supuesto fraude fiscal. Y eso no hay quien lo esconda. ¿O tal vez sí?