La realidad de Koeman y el mensaje de Laporta

Koeman, durante el partido ante el Granada

Koeman, durante el partido ante el Granada / VALENTÍ ENRICH

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Koeman hará hoy la rueda de prensa previa al encuentro contra el Cádiz. Y se sentará mañana en el banquillo. Lo que suceda a partir de entonces, dependerá del resultado (y del juego) del equipo blaugrana. Esta es la única ‘hoja de ruta’ oficial que existe, en estos momentos, en el Barça. Partido a partido. Ya nadie niega que el entrenador holandés tiene los días contados. Al contrario. Se hace evidente el malestar creciente en la directiva por el rendimiento de la plantilla. La situación es insostenible. Y solo un giro radical de los acontecimientos (tan impensable como milagroso) podría asegurar la continuidad del técnico. Estamos en una especie de terrorífica cuenta atrás para la destitución de un Koeman absolutamente solo y acorralado.

El tsunami ha arrastrado inexorablemente al técnico holandés, a quien de nada ha servido su condición de héroe de Wembley y su carnet de esforzado culé. Laporta ya le está buscando sustituto al mismo tiempo que envía un mensaje a los socios que puede interpretarse como una sentencia definitiva contra el entrenador blaugrana: “Tranquilos. Sabemos lo que hay que hacer. Lo arreglaremos”. Seguro que al ver este nuevo video del presidente en las redes sociales Koeman ha pensado lo mismo que todos los aficionados: ya están preparando el finiquito (13 millones de euros).

El gran problema de este Barça es que no tiene solo un problema, sino que tiene muchos, demasiados. A la crisis económica (la terrible herencia) que ha imposibilitado hacer los fichajes que necesitaba la plantilla se le une la desconfianza absoluta de Laporta en un entrenador que no es el suyo. Y, por si no fuera poco, el equipo padece las consecuencias de unos contratos desorbitados que han imposibilitado la limpieza del vestuario, convirtiendo en un lastre a muchos futbolistas que ya no están en condiciones de ser titulares (y, algunos, ni suplentes).

El panorama, pues, resulta desalentador. Y se hace difícil creer que todo esto se solucione, de un día para otro, con un cambio de técnico. Puede que Koeman lo esté haciendo regular (o mal, según la directiva), pero no existe ninguna garantía de que su sustituto lo pueda hacer mejor. Básicamente porque tiene lo que tiene. Es decir, hay lo que hay. Y a este argumento se suma también el vicepresidente económico, Eduard Romeu, en la entrevista que ha concedido a SPORT: “A los socios hay que pedirles dos años de paciencia”. Pues eso... La realidad y el mensaje.