Opinión

Realidad y ficción de los pitos del Camp Nou

El Barça ganó al Getafe con un resultado ajustado

El Barça ganó al Getafe con un resultado ajustado / AFP

El Camp Nou mostró el sábado su disconformidad con el juego del equipo de una manera clara y precisa, y fue notorio hasta en tres veces en menos de diez minutos. Es justo y necesario decir que estos mismos silbidos provocaron de inmediato una reacción en forma de aplauso (la típica división de la afición blaugrana), pero en cualquier caso es un hecho que existieron, más allá de que no fueran ni mucho menos mayoritarios.

El hecho de que los pitos aparecieran justo en el momento en el que el Barça combinaba en su propio campo y daba pases hacia atrás (hasta llegar a Ter Stegen) para evitar rifar el balón, ha dado pie a alguna interpretación según la cual el Camp Nou estaba de hecho censurando el estilo del Barça, así, en general.

Se pueden retorcer los hechos todo lo que se quiera, incluso para llegar a conclusiones tan peregrinas como las que dicen que la afición no soporta su propia manera de jugar, pero lo cierto es que la realidad es a menudo mucho más sencilla. Porque si alguna mente retorcida de las que ve conspiraciones volviera a ver estas secuencias otra vez se daría cuenta que ayer el Camp Nou no censuró ningún estilo sino algo mucho más prosaico, como es la exasperante lentitud y la especulación con el resultado.

Es impensable que el público culé esté en contra del estilo que les ha dado todos los éxitos en las últimas tres décadas, pero es probable que quiera que este estilo se ejecute no solo con velocidad sino también con generosidad. Es cierto que el Camp Nou silbó una de las jugadas que terminó con un pase a Ter Stegen, pero parece racional que se irrite no por el hecho en si sino porque se repita más de 50 veces (nunca antes un portero en la historia de LaLiga había tocado tantas veces el balón).

Como es normal que de un aviso a Griezmann cuando convierte un ataque en un pase hacia atrás. No, el Camp Nou no censuró ningún estilo. Lo que sí censuró una parte de la afición fue la falta de velocidad y la poca ambición del equipo. Y, en esto, duela o no, no iban equivocados. Puede que el Camp Nou no sea el campo más alegre ni simpático del mundo, pero de fútbol sabe un rato.