Real Club Aspas de Vigo

Llegó, venció y lloró. Iago Aspas, príncipe de las bateas y Rey Balaídos

Iago Aspas espera ayudar a su equipo en su regreso

Iago Aspas espera ayudar a su equipo en su regreso / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

Real Club Aspas de Vigo. Llegó, venció y lloró. Iago Aspas, príncipe de las bateas y Rey Balaídos, volvió a demostrar que, con permiso de un tal Messi, es el jugador más determinante de este campeonato. Ningún club depende tanto de un jugador como este Celta de Aspas. El mago de Moña estuvo fuera de los terrenos de juego tres meses. En ese tiempo, su equipo sacó 4 puntos de 33 posibles. Ante el Villarreal, con un 0-2 en contra, Iago anotó dos tantos, lideró a su equipo y rompió a llorar después de un partido donde se demostró que lleva el escudo del club bordado en el corazón. Si el buque celeste no se hunde, será porque Iago es mucho más que un capitán. Es un símbolo con un sentido de pertenencia enorme y un fútbol gigante. No diga Celta, diga Aspas.

El discurso del rey. Esta semana Messi habló doble. Su primer discurso fue desde el dolor de sufrir la injusticia. El segundo discurso fue desde su despacho particular, el Camp Nou. En ambas ocasiones habló alto y claro. En el primero, sacó los colores a los telepredicadores. En el segundo, sacó brillo a su zurda atómica. Messi gobernó el derbi catalán de la misma manera autoritaria que gobierna una Liga en la que es el que más marca, el que más asiste, el que más regatea, el que más chuta desde fuera del área y el que más anota de libre directo. Fue el discurso del rey. Habló alto y claro.

La racha. Dieciséis partidos sin perder. En plena racha, el Valencia está vivo en tres competiciones, tiene a tiro la Champions, sigue vivo en Europa y aún le queda la bala de cañón en la Copa. Nadie lo imaginaba cuando muchos pedían la cabeza de Marcelino, pero cambiar de caballo en mitad del río no siempre es la solución. Pasó la prueba de Nervión, supo sufrir, puso cemento a su portería y sus números ya son de candidato Champions. Luis Aragonés decía que las temporadas se definen en los diez últimos partidos: el Valencia está ahí.