De Rabiot y otras subastas

Fichaje que parece cerrado, fichaje que se complica. Pasó con Griezmann y está pasando con Rabiot

Adrien Rabiot sigue sin cerrar de manera definitiva su contrato con el Barça

Adrien Rabiot sigue sin cerrar de manera definitiva su contrato con el Barça / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Ya estamos otra vez con lo mismo. Fichaje que parece cerrado, fichaje que se complica. Pasó con Griezmann y está pasando con Rabiot. Ha pasado con muchos otros y seguirá pasando en el futuro, no les quepa la menor duda, pero vamos a centrarnos en la actualidad. El caso es que el Barça tenía cerrado un acuerdo con Rabiot pagándole una prima de fichaje de diez millones, que es razonable por un jugador que llega libre, aunque podríamos plantearnos porqué hay que pagar. Si está libre, está libre. Pero bueno, ante esto no se puede hacer nada si todos los clubs del mundo mundial no juran que no pagarán y como comprenderán, eso es imposible. O sea, que a pagar. Diez millones, vale, pero luego a la mamá del jugador le parece poco y exige quince. Mientras tanto, Rabiot decide que no quiere jugar de pivote defensivo y quiere incluirlo en el contrato... o eso dicen.

Como dicen que el representante de Munir pidió un dinero extra por renovar al jugador. O dicen, también, desde ya hace mucho tiempo, que los agentes de los canteranos exigen ciertas cantidades para no llevárselos del Barça. Una mordida, vamos. Como siempre, creámonos la mitad de la mitad, pero sí, algunas de estas prácticas, algunos chantajes puros y duros, se han producido y seguirán produciéndose. En el mundo del fútbol se nos han colado tramposos y gente con pocos escrúpulos, como en todos los sectores donde hay dinero fácil a ganar, tampoco vayamos a hacer del fútbol la única cueva de corruptos de nuestra sociedad, pero que los hay, no lo duden ni por un momento. Hay casos realmente sangrantes que van mucho más allá de la anécdota de los muchos primos del jugador que aparecen a última a hora cuando está a punto de cerrarse el fichaje. Todos con supuestos derechos y papeles de todo tipo que pretenden colar como verídicos. Hubo un primo que una vez estuvo a punto de cobrar una importante comisión, pero tuvo la mala suerte de coincidir con el futbolista que estaba a punto de firmar en las oficinas de la entidad. "Mira, qué casualidad, en esta sala está tu primo, pasa, que le hará ilusión". El tío se quedó blanco, quería que la tierra se lo tragara pero no se lo tragó y se descubrió el engaño. 

La coincidencia no era casualidad,el club sabía que le pretendían engañar, porque los clubs saben lo que pasa y conocen a la perfección a la mayoría de liantes que pululan alrededor de los fichajes. Pero tienen un problema: ellos, los de ética y moral distraída, por decirlo de forma suave, son los que manejan la voluntad del futbolista y si el club quiere al futbolista, muchas veces no queda otra solución que pasar por el aro. Sobre todo, si el futbolista es una estrella y no les digo ya nada si aparece por ahí, que siempre aparece, la amenaza de que el crack acabe en el equipo rival. Entonces, a los directivos les vienen auténticos dolores de vientre... ustedes ya me entienden. 

Bueno, pues la cuestión es hasta donde aguantar la cagalera. ¿Qué hacemos con la mamá de Rabiot, le damos cinco millones más? ¿Y si después nos pide cinco más, pongamos por caso, porque el Madrid también le quiere? Y cuando nos pongamos de acuerdo, aunque siempre bajo la amenaza de que siga la subasta, ¿firmamos que no jugará de pivote defensivo? No, ni hablar. Lo que hay que hacer es denunciar todas estas prácticas, las extorsiones de turno y las condiciones obscenas que puedan surgir en las negociaciones. Que la afición sepa, con todo lujo de detalles, porqué se acaba descartando un fichaje. Y si se va al eterno rival, o al rival que sea, que se sepa la perla que se llevan. La transparencia es la única forma de salir de este atolladero.

Fíjense cómo acabó el fichaje de Neymar por el Barça por querer disfrazar algunos trágalas que eran difíciles de digerir. Y, sobre todo, cómo acabó saliendo Neymar del Barça. Y esperen a ver cómo saldrá del PSG... Y es que si una cosa está clara, es que cuando cedes ante ciertos personajes, cederás toda la vida y acabarán engañándote. En el Barça saben mucho de eso: Maradona, Ronaldo, Neymar... Pues eso, que hay que aprender. En algún momento hay que plantarse y si se cerró de palabra un acuerdo con Rabiot, o con quien sea, parece que con De Jong vamos por el mismo camino, este ha de ser el límite. Y si la otra parte no lo respeta, es decir, si no tiene palabra y no es de fiar, largo, no interesa. Ahora bien, al minuto siguiente, luz y taquígrafos, a desenmascarar a los tramposos. Es la única forma de negociar sin presiones, sabiendo que los aficionados no podrán decirte nunca que no defiendes al club.