¡El quinto del Balón de Oro!

Leo Messi celebra uno de sus goles ante el Espanyol

Leo Messi celebra uno de sus goles ante el Espanyol / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El derbi que en teoría se presentaba más igualado de los últimos años, en realidad fue el más fácil para el Barça. Fácil, claro está, porque Messi lo hizo fácil. Sí, Messi, el quinto mejor jugador del año según eso que llaman Balón de Oro, quiso dejar en evidencia a todos los que participan en esta estafa áurea. Dos goles de falta, uno por cada escuadra de cada portería, dos misiles puestos en el sitio exacto y con el ángulo preciso donde ningún portero del mundo puede llegar. La primera falta la provocó él mismo, por supuesto, y el segundo gol del partido se lo regaló a Dembélé con una asistencia maravillosa. El derbi transcurrió cómo y por dónde Messi quiso. Un espectáculo, la quintaesencia del fútbol. Si ayer hubiese aterrizado un marciano en Cornellà sin saber qué es eso del fútbol y le dicen que hay cuatro jugadores mejores que Messi, el tío se coge platillo volante y se vuelve a Marte sin entender nada de esos terrícolas que no saben apreciar que Messi es extraterrestre y que entre él y los demás hay una distancia sideral. 

LA PIZARRA. Hubo alineaciones especiales para el partido por ambos bandos. Valverde dejó en el banquillo a Coutinho para mantener el músculo de Arturo Vidal en el centro del campo y buscar con Dembélé el desequilibrio de su tridente de lujo. Rubi, por su parte, traicionó sus principios cambiando talento por trabajo y renunciando, a la vez, a un hombre de ataque. Y así, con Víctor Sánchez y sin Granero ni Sergio García/Baptistao/Piatti, el técnico blanquiazul mostró su miedo de entrada. Mal hecho. El Barça y, sobre todo, Messi olieron el canguelo y apretaron el acelerador desde el principio. Valverde tenía mejor estudiado el partido que su colega blanquiazul. Fuerte presión, especialmente sobre Roca, y Dembélé por la izquierda para atacar el flanco débil de la defensa local. De esta forma, forzó innumerables errores en la salida de balón y en el pase de los locales y se plantó con facilidad hasta los dominios de Diego López. Más allá de Messi, también Valverde ganó el derbi en la pizarra.