¿Quién ha votado a Goldman Sachs?

El Espai Barça se debe replantear

En el mejor de los casos, el Camp Nou no verá obras hasta el próximo verano

Ernest Folch

Ernest Folch

De todos los frentes abiertos que tiene la junta de Bartomeu, el más silencioso pero no por eso menos inquietante, es el del proyecto mastodóntico del Espai Barça. El coronavirus dejó en el limbo la votación para aprobarlo, aunque el proyecto ya llevaba varios retrasos para encontrar una mejor financiación. Empezemos por el principio: el Camp Nou se cae a trozos, el socio culé decidió hace años remodelar su campo y el Barça está muy por detrás de todos sus competidores en la calidad de sus instalaciones y en su capacidad de sacarles rendimiento. El diagnóstico está claro, y en eso la junta actual está alineada con una mayoría aplastante de la masa social.

Lo que ya no es tan diáfano es la solución. Porque la cuestión es que aquellos 600M iniciales se han transformado en más de 800M y lo que debía financiarse a tercios con más deuda, con un patrocinio y con recursos propios ha derivado en un proyecto gigante que consiste en vender los potenciales ingresos futuros a cambio de un préstamo de 800M concedido por Goldman Sachs. La junta sostiene que es un gran acuerdo porque garantiza poder realizar una obra que se ha escapado del prespuesto inicial. La oposición ve un riesgo temerario, una atadura muy peligrosa a un banco de inversión ávido de beneficios y un descontrol presupuestario.

Marc Ciria, ex asesor económico de Laporta, denunciaba que esta financiación podría poner en riesgo el futuro del club. Sin embargo, más allá de la discusión sobre la idoneidad del crédito, hay un aspecto previo, que tiene que ver con los mecanismos de aprobación del proyecto. Porque si bien el pasado 7 de julio el presidente Bartomeu reconocía que el nuevo Espai Barça había que aprobarlo al menos en asamblea y de poder ser en un referéndum, en la comparecencia de hace unos días del vicepresidente Jordi Moix se hablaba del acuerdo de Goldman Sachs como si ya estuviera firmado.

Ayer el programa ‘Què t’hi jugues’ de la cadena SER anunció que parte del préstamo de Goldman Sachs (109 millones) ya ha sido utilizado para pagar el Estadi Johan Cruyff. La noticia aumenta las sospechas de que el acuerdo con el banco americano está en una fase irreversible, y desvela aspectos trascendentes (como que un consultor del banco se encargaría de encontrar más patrocinios si no se lograra llegar a la prima anual de 50 millones) que no fueron explicados la pasada semana por Moix.

Nos falta por saber, como sucede a menudo, la versión de la junta directiva. Si fuera cierto que el club ha tirado por la calle del medio y ha firmado un acuerdo tan importante sin someterse a la aprobación de una asamblea de un referéndum, entonces la junta estaría contradiciéndose con su compromiso de consultar al socio y la crisis institucional del Barça entraría en una nueva dimensión. El debate sobre el futuro del Camp Nou debe hacerse con luz y taquígrafos, como se nos prometió, y como procede con un proyecto tan necesario como peligroso.