¿Quién le para los pies a los futbolistas?

Sin futbolistas no hay fútbol. Eso es evidente. Sin árbitros, aficionados, medios de comunicación y directivos, tampoco. Ellos, los jugadores, son la parte más importante de la cadena, pero no la única. Sin embargo, algunas de las grandes estrellas del balón siguen creyéndose el ombligo del mundo y pensando que ellos, y solo ellos, son los dueños de esta industria, de los clubs, de todo. Y se equivocan. Se equivocan como se equivocaron Luis Suárez y Dembélé pensando que sus intereses particulares están por encima de los intereses del Barça. Que se fueran de vacaciones estando lesionados, uno a Marruecos y otro (dicen) a Francia, fue una enorme falta de respeto al FC Barcelona y una demostración de ausencia de profesionalidad gravísima. Inadmisible. Si un jugador cae lesionado, su obligación es quedarse en casa, cuidarse y ponerse en manos del club que le paga. Y que le paga, por cierto, extraordinariamente bien. Lo de Dembélé raya el insulto por su falta de profesionalidad, ocultando una lesión para no perderse los dos días de fiesta.

No son los únicos culpables

Sin embargo, les diré una cosa. En última instancia no son ellos los únicos culpables. Son el club y el entrenador (Valverde). Por no haberles sabido parar los pies en su día, por permitirles comportamiento de divos y chicos consentidos; por poner el club en sus manos (pies) y no sancionarles como merecen.

Tan nocivo es apretar mucho la correa como dejarla laxa. Un equipo tan profesionalizado como el Barça, donde el nivel de exigencia es tan alto, no puede pasar por alto estos comportamientos. Valverde y el club deben ser empáticos y tener mano izquierda, sí, pero hasta cierto punto. Si se dejan tomar el pelo, mal vamos. El Barça no es (solo) de ellos.