Ya solo queda firmar la paz con Messi

Espléndida noticia para el barcelonismo: Laporta y Koeman tomaron un café juntos hace unos días, limaron sus diferencias y aparecieron en un torneo escenificando su reconciliación. La relación entre los dos empezó mal, cuando Laporta llegó a la presidencia y Koeman era todavía el entrenador, y acabó peor, con constantes declaraciones del holandés subidas de tono. El presidente resumió a la perfección el sentimiento del reencuentro: "El Barça es más importante que un conflicto entre dos personas".

OpiniónJoan Vehils

Felicidades Messi, Felicitats Joan Laporta

Y es que ver a Laporta y Koeman otra vez riendo juntos y hablando con total normalidad, después de unos años de crisis abierta, es una maravillosa vacuna en contra de los virus guerracivilistas, tan habituales en el entorno del club. De todos los conflictos que ha vivido Laporta en su presidencia, el que tuvo con Koeman fue uno de los más sonados, pero ni fue el único ni el más importante.

Restablecidas las relaciones con Koeman, queda por reparar la madre de todos los conflictos, el que el presidente tuvo con Messi, que vio cómo el club de su vida lo echaba a la calle después de que Laporta prometiera en campaña electoral que su renovación la arreglaría "en un asado". Tras la ruptura, Messi ganó un Mundial él solo y, a pesar de que su vida discurre hoy muy lejos del Barça, no ha perdido ocasión, en cada declaración pública que ha hecho, de recordar el amor que siente por el escudo con el que se consagró en la cima mundial del fútbol.

Y aunque las relaciones entre Laporta y el astro argentino han sido nulas desde que se fue, el presidente del Barça está obligado a intentar una reconciliación que es cada vez más apremiante para la institución. No solo por razones sentimentales y no solo porque las heridas hay que ir suturándolas, que también.

Messi tiene que volver a estar cerca del Barça para que el club pueda capitalizar su imagen cuando se retire, y el jugador pueda pasar a ser algo muy parecido a un embajador mundial de la entidad.

La historia demuestra que a Messi y el Barça todo les va mejor cuando están juntos y no separados. Laporta ha hecho un primer paso simbólico nada menor acercándose a Koeman para firmar la paz. Ahora tiene la obligación, antes de terminar su mandato, de culminar este proceso de pacificación y normalizar las relaciones con la mayor leyenda de la historia blaugrana. Para la mayoría del barcelonismo sería una noticia equivalente a la conquista de un gran título, y que decantaría muy positivamente la percepción del mandato de esta junta.