¿Qué me pasa, doctor?

Se filtran los Whatsapp de los hijos de Maradona sobre el estado de salud de su padre

Se filtran los Whatsapp de los hijos de Maradona sobre el estado de salud de su padre / instagram

Carme Barceló

Carme Barceló

A los tres días, lo único que resucitó tras la muerte de Maradona fue el hambre de noticias amarillas. Los y las que recordamos y recordaremos al Diego deportista, futbolista y elegido para la historia del balompié nos quedamos con su magia, su legado y su trascendencia más allá del deporte por y para el pueblo. La edad que tengo, a la que cada vez estoy más agradecida, me permite recordarle algunas tardes en el Camp Nou, con mi madre (la futbolera de casa) al lado y la almohadilla en el trasero.

Llegó como una estrella y lo estrellaron las lesiones, las enfermedades y el entorno que lo paseó por los cuartos oscuros de una Barcelona que le dio cobijo, le amó y le echó de menos muchas jornadas de Liga en las que, desde esa casa que tan bien describió mi compañero de ‘contras’ de este diario, Ernest Folch, siguió el devenir de sus compañeros mientras el entrañable Dr. Bestit le atendía de todos sus males. Qué tiempos aquellos en los que Maradona se apoyaba en una muleta y en un entorno que le hizo más mal que bien.

Menciono a esa clase médica blaugrana que, bajo el juramento de Hipócrates, ha guardado secretos que los llevarán a la tumba y que hoy muchos no comprenderían. A aquellos galenos hay que sumar a los masajistas, ‘fisios’ y utilleros, encabezados por los ‘Ángeles’ Mur, que podrían protagonizar varias series documentales si abrieran su maletín y su corazón. Pero sé que todo ello quedará bajo secreto de sumario y, sinceramente, será mucho mejor para todos. Para los vivos y para los muertos.

¿DOCTORES TIENE LA IGLESIA? A10s, Maradona, y malvenidos los que tras tu fallecimiento siguen y seguirán labrando para que crezcan malas hierbas en un terreno que solo debería ser el del juego del balón. Veo y escucho al último médico que tuvo el argentino a su vera, cuestionado por familia y entornos, y constato lo desgraciadamente esperado: que la herencia de ‘El Diego’ es mucho más que el dinero de los legítimos. Por fortuna, hay unos derechos de autor que serán por y para siempre para un futbolista que marcará una época y formará parte de una historia escrita con una mano y con dos pies.

La clase médica, en constante actualidad este 2020 debido a la pandemia, es noticia directa e indirectamente en el mundo del fútbol. Más allá de la covid-19, su protagonismo se proyecta en lesiones de cracks y candidaturas electorales. El ‘caso Maradona’ pone a su último galeno a los pies de los caballos del mismo modo que la nueva lesión de Hazard coloca en primera línea al doctor de la selección belga, Kris van Crombrugge, que habla de ‘estrés’ en el caso del madridista. Somatizar los problemas de la psique no es una novedad, pero en este mundo de botas y balones hasta hace poco era un tabú.

Cuando Butragueño explicó haci casi veinte años que practicaba yoga, Puyol alababa las virtudes del Pilates y, hoy, Haaland habla abiertamente de la meditación como uno de los puntales de su preparación (con las consiguientes imitaciones burlescas de sus rivales), poco foco se le ha dado al tema si no es para hacer cuatro risas. ¡Cuánta ignorancia! Es por ello que me congratulo cuando veo que precandidatos a la presidencia del Barça como Víctor Font incorporan en su estructura a eminencias como el doctor Cugat, que de física, química y psíquica sabe un rato. El gimnasio y las cataplasmas (como aquellas que le aplicaron a Archibald antes de la final de la Copa de Europa perdida en Sevilla) no lo son todo. Los cerebros musculados cierran muchas puertas.