Que las ramas nos dejen ver el bosque

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Albert Masnou

Albert Masnou

La moción de censura inyecta más ruido en un club ya de por si ingobernable, independientemente de quien esté al frente del barco. Es una entidad compleja por miles de motivos y el hecho de que se haya hecho tan grande en los últimos años todavía lo complica más. El Barça es un polvorín. En muchos momentos, lo seguirá siendo cuando se vaya Bartomeu. En todo este estado de tensión, de nervios y de críticas, mantener la calma en la medida que sea posible es importante para no complicar más las cosas.

Y los intereses del club están por encima de cualquier deseo de cualquier socio. Se llame como se llame. La moción llega al inicio de la temporada, cuando aún se está perfilando la plantilla del presente curso. Y despistarse de que este es el objetivo primordial es anteponer los intereses personales a los del club. 

El Barça está inmerso en dos momentos claves que marcarán los próximos nueve meses: 1) la configuración de la plantilla. El mercado acaba a inicios de octubre y hay que centrarse en esto para contar con los mimbres necesarios. 2) El equipo está en pretemporada, con el inicio de la Liga a la vuelta de la esquina.

Es el momento de construir un equipo, de que Koeman siente las bases para un futuro alentador, para que el equipo pueda aspirar a ganar títulos. Que, en definitiva, es lo que realmente hará disfrutar a la afición. Esta semana ha salido un porcentaje del deporte que más feliz hace a la afición, el grado de felicidad que genera. Y el fútbol está en la cola de todos ellos. Por detrás de otros como el golf, el tenis, el atletismo, la Fórmula 1, cricket, el boxeo o el basket. Aparquemos la ira en este deporte maravilloso porque las ramas no nos dejan ver el bosque.