¡Qué gran fichaje fue Ter Stegen!

Josep Maria Bartomeu y Neto durante la presentación del brasileño como jugador del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu y Neto durante la presentación del brasileño como jugador del FC Barcelona / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

La presentación de Neto como segundo portero del Barça no hace más que multiplicar el extraordinario acierto que, en su momento, fue el fichaje de Ter Stegen. Sí, porque ya es significativo eso de que Neto venga como segundo portero, que todo el mundo lo dé por asumido, él el primero. No es la primera vez que ocurre, pero sin duda sí lo es que el portero suplente cueste tres veces más de lo que costó el titular, al que nadie discute su condición de número uno, incluso mundial.

No es lo mismo fichar a un portero veterano ya de vuelta de todo o a uno a coste cero o por cuatro perras que no va a poner ningún problema para calentar banquillo, que contratar a un guardameta con cierto currículum por 35 millones. No es lo mismo, pero así ha sido. Me dirán que los 35 millones no han salido de caja, que solo es un número para ganar dinero este año con la plusvalía de Cillessen, pero los economistas les dirán que el Barça tiene ahora un activo con coste aplazado que ha de pagar en las próximas temporadas. Algo así como pan hoy y hambre para mañana. 

En cualquier caso, me interesa el tema deportivo. Primero, que Neto tenga calidad para ponerse bajo los palos de la portería del Barça. Parece que el club aprendió de la época Pinto. El Barça necesita un buen segundo portero y el brasileño lo es. ¿Tan bueno o mejor que Cillessen? Seguramente no, pero es que retener al titular de la selección holandesa era una quimera tratándose de alguien que quería seguir jugando al fútbol. Falta ver cuál será, en este sentido, la actitud de Neto, pero bien haría en mirarse en el espejo de Cillessen, que en el Camp Nou se ha revalorizado jugando seis o siete partidos al año que, eso sí, ve todo el mundo. Vuelvo a la operación económica.

El trueque puede que sea bueno para maquillar, pero lo que sí fue realmente una jugada maestra fueron los doce millones que se pagaron, sí, esos se pagaron trinco-trinco, por Ter Stegen. Los mejor invertidos de los últimos años. Porterazo y profesional-persona admirable (las dos cosas son básicas para triunfar) en una misma factura. Esos son los fichajes que interesan.