Lo que va de Bartomeu a Florentino

El presidente del Barça también pasó por una crisis deportiva parecida a la que ahora agobia al presidente del Madrid

Josep María Bartomeu, junto a Florentino Pérez

Josep María Bartomeu, junto a Florentino Pérez / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Hace cuatro años por estas fechas, concretamente el 4 de enero de 2015, el Barça estaba a cuatro puntos del Madrid, no a diez como el Madrid del Barça ahora, y podía ponerse a uno de los blancos, que habían perdido unas horas antes en Valencia, pero a Luis Enrique no se le ocurrió otra cosa que dejar a Messi y Neymar en el banquillo. El Barça perdió por 1-0 y se armó tal follón, que Bartomeu fulminó a Zubizarreta, director deportivo, y convocó elecciones a final de temporada. La presión de la oposición fue durísima, por tierra, mar y aire, o sea, por prensa, twitter y tertulias.

A Bartomeu le dijeron de todo, que no estaba legitimado para ser presidente, que no le había votado nadie, y era cierto, era presidente por la espantada de Rosell, y a Luis Enrique se le sacaron todos los trapos sucios del vestuario. Hubo filtraciones de todo tipo sobre su mala relación con Messi, aquello se hacía ingobernable. Fue tremendo, un auténtico tsunami que amenazaba con llevárselo todo por delante. Al día siguiente, Messi no se presentó al entrenamiento a puerta abierta alegando una sospechosa gastroenteritis. El 7 de enero, todo era provisional en el Barça.

El presidente, el entrenador, no había director deportivo porque Puyol, asistente de Zubizarreta, aprovechó el río revuelto para huir de la quema... A los pocos días llegó un asesor deportivo más rancio que la naftalina, Ariedo Braida, para hacer tándem con Rexach. Aquello no había por donde cogerlo. La oposición ya se veía ganadora, Laporta afilaba las armas, Benedito soñaba... Y sin embargo, el Barça, Bartomeu y Luis Enrique, acabaron ganándolo todo. El presidente dio lo mejor de sí cuando se sintió acorralado, fue inteligente, abrió democráticamente al club, reunió a Messi y Luis Enrique y les puso de acuerdo. A partir de aquel momento, se haría lo que dijera Messi. El entrenador aceptó y ganaron los tres. Y lo más importante, ganó el Barça. La Liga, la Copa y la Champions, para ser exactos. Y las elecciones de julio fueron un paseo triunfal para Bartomeu. 

Cuatro años después, el Madrid está diez puntos del Barça, no a cuatro como entonces lo estaba el Barcelona del Madrid. Es quinto en la tabla, ni siquiera en puestos de Champions. La crisis deportiva es consecuencia de la crisis institucional y de gestión. A su presidente se le fueron el entrenador que le había ganado tres Champions seguidas y la gran figura de su equipo, cinco veces Balón de Oro. Vamos, que Florentino Pérez no supo retener a su Messi, digámoslo claro. ¿Se imaginan al presidente del Barça con el equipo quinto en la tabla y con Messi traspasado/regalado por cien millones? Lo más probable es que ya hubiera salido en globo del Camp Nou. 

Y sin embargo, a Florentino Pérez nadie le tose. Lo que está pasando en el Madrid es de película de terror. Insisto en los paralelismos. Que Zidane y Cristiano Ronaldo hayan plantado al señor presidente blanco (lo de ser superior está ya claramente demostrado que no lo es) es como si Guardiola y Messi se hubieran largado a la vez del Camp Nou. ¿A qué no se lo imaginan? Pues en el Madrid ha pasado. Y con todo, seguramente lo peor es lo que ha pasado después. Lopetegui por Zidane y Mariano por Cristiano. Y después, Solari. Es imposible que el Madrid remonte como hizo el Barça de Luis Enrique porque en el Barça estaba Messi. Y Suárez. Y Neymar. E Iniesta. Y Xavi, todavía. Y, en cambio, en el Madrid ya no está Cristiano Ronaldo. Y Bale está más en la enfermería que en el campo. Y Benzema golea menos que el delantero centro del Escalerillas. Y claro, no tienen gol y sin gol es imposible ganar grandes cosas. Y a pesar de todo este desastre, Florentino sigue ahí, tan tranquilo, con su escuela de sirenas mediática que le echa la culpa a todo lo que se mueve, menos al auténtico culpable. Primero Lopetegui, luego los jugadores, a los que ya se tacha de gandules sin el menor rubor, también Solari, al que la crítica más suave califica de inepto, y por fin los árbitros y el VAR.  

Y vale, Lopetegui será muy malo, los jugadores muy gandules, Solari un inepto y el VAR una porquería. Pero, ¿y el que fichó a esos entrenadores?, ¿y el que no fichó a nadie para sustituir a Cristiano? ¿y el que permite que los jugadores sean unos gandules? Ah, no, a ese ni tocarlo. Empiezo a pensar que será verdad que en Madrid se le tiene miedo a Florentino Pérez. No hay un solo madridista que se atreva a cuestionarle y muchísimo menos a organizar una oposición. No lo entiendo. El madridismo está anestesiado. Florentino Pérez ha resuelto ponerse de perfil ante la crisis, ante un final de ciclo que pretende superar fichando a juveniles, y no surge ni una sola voz discrepante. Insisto: Si esto pasara en el Barça, a Bartomeu ya le hubieran montado una moción de censura y habría cuatro o cinco candidaturas preparadas para unas elecciones inmediatas. O directamente, Bartomeu, o el presidente que fuera, ya habría dimitido y dado la voz a los socios. Otra gran diferencia entre el Barça y el Madrid. Aquí hay inconformismo y debate; allí, resignación y caudillismo.

GRIEZMANN YA SE ESTÁ ARREPINTIENDO

Simeone le recriminó públicamente su fallo en el mano a mano que tuvo el domingo contra el portero del Sevilla y eso es algo que no se hace. Y si se hace, se hace por algo muy concreto. Está claro que el entrenador del Atlético no está contento con el rendimiento de Griezmann de esta temporada. Su aportación goleadora no es la que era y, por lo visto, su grado de liderazgo tampoco es lo indiscutible que fue. Y es que ya no es solo el entrenador, también sus

En aquel polémico documental con la empresa de Piqué dejó claro que se quedaba en el Atlético para seguir siendo el número uno de su equipo y no estar a la sombra de Messi, como le dijo a su mujer y lo dijo ante los miles o millones de espectadores que pudiera tener el documental de marras, que si una cosa buena tuvo fue mostrarnos la realidad del Griezmann persona. Pues bien, Antoine no está de número dos en el Barça pero tampoco es el número uno indiscutible en el Atlético ni es el líder de la Liga ni tiene tan bien encaminada la Champions como la tendría en el Barça. En definitiva, tiene pocas posibilidades de ganar grandes títulos y, desde luego, casi ninguna de ser Balón de Oro. Lo que sí tiene es un contrato mejor, que tampoco vayan a engañarse los atléticos: si se quedó fue por dinero. Así y todo, los que le conocen saben que empieza a estar arrepentido de haber renunciado a vestir de azulgrana. 

Cara

EL 0-3 DEL REUS

Los más pobres, los que no cobran desde hace meses, contra los más ricos de la categoría, los que mejores salarios ganan e ingresan cada fin de mes. Bueno, pues 0-3 en Málaga. La profesionalidad de los jugadores que todavía no han abandonado al Reus es digna de elogio.

Cruz

ROONEY

Fue uno de los mejores goleadores de Europa, leyenda del Manchester United, pero su final de carrera se asemeja dramáticamente a lo que conocemos como juguete roto. Ha sido detenido en el aeropuerto de Washington por causar disturbios en estado de embriaguez. No es la primera vez. Una pena.