El puto amo del antifútbol

Mourinho se despide del Tottenham

Mourinho se despide del Tottenham / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Justo cuando se cumplen diez años de la famosísima rueda de prensa en la que Guardiola calificó a Mourinho como el puto amo en las salas de prensa, concediéndole explícitamente la victoria en este terreno, el del bla, bla, bla, la provocación y la crispación, para que todo el mundo visualizara que el Barça solo quería competir en el terreno de juego, Mourinho acaba de desaparecer de la élite del fútbol europeo, que es tanto como decir mundial.

El Tottenham le ha echado, como antes le echó el Manchester United y antes el Madrid, cansado de aguantar al tipo que manchaba su imagen cada vez que hablaba y a cambio no le dio más que una Liga, una Copa y una Supercopa en tres años. La Champions no la olió. No se la dejó oler Guardiola ni el mejor Barça de la historia. Pero, sobre todo, no se la dejó oler el fútbol, entendiéndolo como concepto que pone en valor el talento y la deportividad por encima de las patadas y el odio, del antifútbol, en definitiva. 

La derrota final

Nunca hasta la llegada de Mourinho al Bernabéu la rivalidad Barça-Madrid había sido tan perniciosa. Aquello fue una guerra terrible que trascendió los límites del deporte. El entrenador portugués fue contratado para acabar con la superioridad del Barça de Guardiola y, ante su impotencia para lograrlo, forjó un ejército de soldados fieles a su causa en vez de un equipo de futbolistas.

Lamentablemente, entendió que al Barça solo podía superarle desde la desestabilización. Y todo valía, patadas, agresiones, insultos, teatros, dedos en el ojo... Guardiola le desnudó ante el mundo hace diez años: “La Champions League de fuera del campo ya la ha ganado, se la regalo. Que se la lleve a casa y la disfrute. En las salas de prensa es el puto amo. Nosotros nos conformamos con lo que tenemos, con luchar en el campo”. Demoledor.

Como demoledor fue el partido del día siguiente. 0-2 con exhibición de Messi y de fútbol. Mourinho se marcharía dos años después por la puerta de atrás del Bernabéu e inició un lento e inexorable declive hasta la derrota final. Mou no ha evolucionado porque no tiene proyecto ni ideas que ofrecer. Solo antifútbol, el puto amo del antifútbol.