Puro talento

Entre bostezo y bostezo, apareció Joao Félix, el 'niño maravilla' del Cholo

La descomunal jugada de Joao Félix

La descomunal jugada de Joao Félix

Rubén Uría

Rubén Uría

Toque de atención. Nadie en su sano juicio descartaría a un equipo como el Barça. Ha ganado ocho de las últimas once Ligas, tiene futbolistas descomunales y tiene de su lado a Messi. Y sin embargo, comenzó esta Liga cayendo. ¿Es un grandísimo equipo? Sí. ¿Es Valverde un buen entrenador? Sí. ¿Es posible que siga dominando la Liga? Sí. Lo que no está en discusión es que este campeonato le va a costar más. Messi no es eterno, sus socios cumplen años y el equipo que, durante años, ha sido pluscuamperfecto, un día va a dejar de serlo. Perder en San Mamés no es una tragedia, pero sí un toque de atención. Piqué, inflexible en la autocrítica, mostró el camino: “Nos han pintado la cara”. En efecto, fue un toque de atención. Uno serio. ¿Hace falta Neymar? Pues verán, un capricho no es. O al menos, en lo futbolístico, no lo parece. Pregúntenle a Lionel. Uno tiene la sensación de que el argentino no se puede ni resfriar.

Puro talento. Partido trabado, táctico y áspero. Atleti y Getafe rubricaron un partido incómodo de ver. Eso sí, entre bostezo y bostezo, apareció Joao Félix, el “niño maravilla” del Cholo. Despachó a Arambarri con un caño, se quitó de en medio a Fajir con una pisada de lujo que completó sin caerse, arrancó en velocidad, cuerpeó con Bruno y cuando parecía que se quedaba sin gasolina, hizo un cambio de ritmo espectacular que acabó en penalti. Fue un único chispazo. Suficiente para saber que Joao Félix destila el perfume de los grandes futbolistas. Puro talento. Salió del campo ovacionado. Normal.

Tres puntos. Verano de camisa de fuerza y tres puntos como bálsamo. Sentado en la silla del dentista en pretemporada, el Madrid dibujó brotes verdes en Balaídos. Mostró gen competitivo, aguantó la marea celeste y se aferró a Casemiro, el faro capaz de guiar a sus compañeros. El Madrid, que anunció una revolución y acabó jugando con los mismos del curso pasado, sumó de a tres en Vigo. No enamoró, pero ganó. Suficiente.