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Opinión

El PSG, ¿locomotora o muro en la Ligue 1?

Nasser Al Khelaïfi, presidente del PSG

Nasser Al Khelaïfi, presidente del PSG / X

El Paris Saint-Germain (PSG) ha ganado diez de las últimas doce ediciones de la Ligue 1 y ocho de las últimas diez Coupe de France. El club francés, emergido en la gran potencia del país gracias a Qatar, ha monopolizado títulos, pero también talento y atención mediática. Mientras los dirigentes de la competición vendían que era importante dejarles hacer porque eso atraía público, lo cierto es que su peso sobre el conjunto del negocio -excluidos traspasos- no ha dejado de crecer: del 13,4% que representaba en 2011-2012, al 31,7% al que escaló ya en 2023-2024. Y uno se pregunta si eso es realmente sano para la salud de un torneo.

Por ponerlo en contexto, Real Madrid o FC Barcelona están en torno al 25% y el 28% cada uno respecto a los ingresos ordinarios de LaLiga EA Sports. Es decir, al menos ya son dos clubes en cierta igualdad de condiciones para disputarse los títulos. En el segundo escalafón -económicamente hablando-, la situación no dista mucho aquí y allí, pues el PSG más que dobla al Olympique de Lyon en ingresos, como sucede con Madrid y Atlético de Madrid, y tanto parisinos como blancos suman más facturación por sí solos que los trece con menos recursos de su categoría.

Mediáticamente, la rivalidad de 'El Clásico' es la que ha movido la aguja del crecimiento internacional de LaLiga, pero la Ligue 1 lo fio todo a una sola carta. Ambos se abrazaron al dinero de CVC para buscar un punto de inflexión tras la pandemia, pero claramente las consecuencias están siendo muy distintas. El Plan Impulso aspira a que las inversiones recorten esa brecha histórica entre las dos locomotoras del fútbol español y el resto elevando los ingresos por debajo, y que no todo dependa de una redistribución del dinero de la televisión que ejerza de factor corrector.

Tanto que nos gusta poner de ejemplo a la Premier League, no estaría de más recordar que su sistema de reparto limita a un múltiplo de 1,5 la diferencia en el reparto por televisión, por las 3,5 veces de LaLiga. Esa ha sido una de las claves para que hoy tenga seis equipos no tan grandes como Barça o Madrid en ingresos, quizás, pero sí con tamaño suficiente para ser considerados gigantes del fútbol europeo y generar esa tensión e incertidumbre competitiva que, unida a la calidad del juego, hace que un producto sea relevante no sólo para los fans locales.

No es casualidad, pues, que, a mayor equilibrio competitivo, mayor crecimiento y negocio obtenga una competición. No hablo de hacer un 'Robin Hood', sino de al menos no poner palos a quienes quieren hacer crecer el sistema.

Sixth Street suma y sigue

Sixth Street se ha convertido en uno de los actores más destacados de la industria del deporte desde la pandemia. La firma de inversión ha protagonizado algunas de las mayores transacciones de los últimos años, y ha demostrado ser agnóstico en cuanto a territorios en los que invertir. Su última gran apuesta son los San Francisco Giants de la MLB, cuya última valoración rondaba los 3.800 millones de dólares y del que ha tomado una participación del 10%. Además, también forma parte del grupo inversor que ha comprado los Boston Celtics de la NBA por una cifra récord de 6.100 millones de dólares.

Todo ha sucedido en menos de una semana y permite al fondo tomar posiciones en el mayor mercado de la industria del deporte, tras iniciarse paradójicamente en Europa, donde todo es más complejo. No hay que olvidar que este fondo es el que compró el 25% de los derechos de televisión del FC Barcelona en LaLiga por 25 años y el que pagó 360 millones al Real Madrid por participar de la explotación del Santiago Bernabéu junto a Legends, que fue realmente su primera gran compra. Su otra gran apuesta es Bay Collective para capitalizar el crecimiento del fútbol femenino.